Parte 2...
Oculto entre las sombras se aseguró que nadie estuviera merodeando a los alrededores, a esas horas los aldeanos se encontraban en su respectiva reunión semanal dentro de la iglesia. Corrió dentro de la primer casa marcada con antorchas y recogió todo lo de valor con la mayor rapidez que poseía, esa ocasión solo tenía tres objetivos pero lo suficiente como para llevarse un gran botín.
La última casa se encontraba al lado de las tiendas, una pequeña pero que escondía mucho oro y unas cuantas esmeraldas, gemas que eran muy complicadas de conseguir en la región. Pará su mala suerte la puerta principal fue cerrada con llave y las ventanas atrancadas, él era de los ladrones que no dejaban rastro así que no tuvo más opción que construir para ir a la segunda planta. Al lograrlo con gran facilidad notó como la puerta del balcón se encontraba abierta de par en par invitándolo a pasar sin ningún obstáculo, ni siquiera el pequeño cachorro que al contrario de dar aviso del intruso se emocionó al verle. El enmascarado inició a reír y acto seguido se llevó lo que sabía que tenían en aquel lugar, esa noche sus bolsillo rebosaban de objetos valiosos.
...
-¿Por qué cojones esta todo tan solo? - el de ojos verdes se sentó en una de las sillas en la interperie de la cafetería.
-Es noche de reunión, ¿lo de siempre? - preguntó la mesera para ver asentir al héroe - señor Rubius, ¿por qué hace tiempo que no da su servicio en la iglesia?
-Oh discúlpeme por mi poca vocación, he estado ocupado con algunos asuntos, pero prometo pronto regresar, supongo que otros han hecho mi trabajo. - que culpable se sentía de abandonar la misión que los mismos dioses le habían asignado, y tantos favores que les pidió en un pasado, era muy egoísta de su parte.
-Si, pero no es tan entretenido como con usted, sinceramente lo extraño... Extrañamos - se corrigió la chica mientras se sonrojaba - eh... Y... Ya vengo - corrió dentro de la cocina.
No era un secreto que algunas personas dentro de la comunidad de Karmaland sentian atracción por los héroes, no había excepciones, sólo que ellos eran tontos y no prestaban atención a esas señales tan obvias como cuchicheos, alagos y piropos tan obvios. Rubius se preguntó desde cuándo había dejado de sentirse atraído por las chicas y en su lugar terminar conteniendo fuertes sentimientos hacia uno de sus compañeros, aquel de ojos morados lo había dejado más idiota de lo que ya era.
La chica regresó con el café y unas cuantas galletas, intentó llamar la atención del hombre que parecía estar muy concentrado en sus pensamientos, se sonrojo al darse cuenta que sus miradas se encontraron y él sonreía, un golpe en seco interrumpió la perfecta situación de la chica. El hombre se levantó rápido dirigiéndose al sitio, parecía que alguien había caído y ahora escuchaba como quitaban tierra a escasos metros, la chica iba detrás de él intentando comprender que sucedía, el ruido venía de una casa cercana.
-No debería haber nadie ahí, todos están en la iglesia - dijo la chica al héroe.
-Entonces debe ser alguien que estará robando, es mejor que regreses por tu seguridad, en caso de que no regrese mañana vendré a pagar lo que debo... Tranquila no pongas esa cara, estaré bien - le guiño y corrió al ver una sombra.
A lo lejos pudo ver como una persona corría, llevaba un traje negro y una mascara que cubría su rostro además portaba una mochila del mismo tono. Corrió detrás de él hasta que logró estar lo más cerca que pudo.
-¡Alto! ¡Si no quieres salir lastimado es mejor que te detengas! - logró sacar su arco y la única flecha que llevaba en el inventario, el enmascarado no se detuvo por ningún motivo - ¡Si no te detienes tendré que... - una flecha lo interrumpió, los esqueletos y zombies los rodeaban, a su alrededor no podía ver a ninguno de los guardias para que le ayudasen.
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Secretos (Rubegetta - Luzuplay)
FanfictionDentro del pueblo se ocultan demasiadas verdades. Hermandades, ladrones, psicópatas, terroristas, Karmaland debía ser un lugar donde estar seguros por el resguardo de 9 héroes, todos y cada uno con distintas cualidades, del más perfeccionista al des...