Para Vegetta era importante hablar con Luzu de lo que sentía, hasta ese momento no había imaginado ver el gran cambio que ocurría en su amigo, un ser puro, amable y atento ahora siendo todo lo contrario, los rumores de los que se hablaba iban encaminados a que no sabía perder las elecciones y las acciones que estaba llevando a cabo eran por un berrinche, lo cual no le convencía al oji morado, conocia perfectamente a Luzu para creerse tremenda tontería, lo habían orillado a comportarse de ese modo, pero quería saber exactamente la razón y encontrar una solución o por lo menos ayudar a hacer algo al respecto, pues él de igual modo estaba en contra de los ideales de Lolito. Desactivó las torretas para permitir que su amigo pudiese llegar tranquilamente a su hogar, viéndolo desde lo alto ya notaba los cambios, parecía cansado, llevaba ropa rota y desgastada, una chaqueta con capucha que despeinaba sus cabellos y le cubría el rostro, ese no era el Luzu que conocía tan pulcro y bien presentado, una vez observando con detenimiento su rostro se dio cuenta que el color de sus ojos ya no era más el azul que recordaba, sino rojos y completamente vacíos.
-Ostras chaval... Ya veo lo que decían de Luzu sad.
-Bah, que a la gente le gusta hablar - su voz ahora más grave de lo que recordaba le hizo estremecer, algo muy malo sucedía en el interior de su amigo y eso no le agradaba.
-Venga, que tienes que explicar muchas cosas compañero. - abrio la puerta para permitir la entrada a su mansión - yo no me creo nada de eso que te encuentres así por perder unas tontas elecciones.
-Es que tu eres quien me conoce Vegetta, el resto habla por hablar, sin conocer los hechos.
-Yo te veía más en el puesto de alcalde, no te puedo mentir que vote por Cerdus Gil, pero ya sabes que fue por la tontería, lo que no contaba es que ganara Lolito.
-Gracias Vegetta. De igual modo, si el cerdo ganaba yo estaría tranquilo con esa decisión.
-Ya. He escuchado que hay cambios en tu zona, ¿me puedes mostrar?
Una vez en el lugar Vegetta no podía creer las reformas que el hombre había hecho, la iluminación intensa que podía ver a lo lejos eran ríos de lava que caían montaña abajo, ante él se levantaba una muralla de paredes negras con unas torres a cada lado.
-Uy Luzu, Luzu... esta lava casi termina en casa de Auron.
-Que se joda, a ver si de una vez se le quema la casa entera.
-Pero hombre... Oye a donde vas - siguió a su compañero, no entendía exactamente qué era lo que tenía en mente, una vez frente a la propiedad y sin poder entrar debido a las torretas, el castaño sacó de su inventario tnt lo cual alarmó en cierta medida a Vegetta - ¿pero que haces, Luzu? Eso es ilegalisimo. Una cosa es que una casa se queme casualmente y otra es poner un explosivo.
-Tienes razón - acomodo en su mano el mechero y corrió dentro del terreno intentando esquivar las torretas, dio un salto y la madera que no se encontraba reforzada se fue consumiendo poco a poco dando un espectáculo a los ojos del herido hombre.
-Luzu, te estas pasando, esto es una locura - se inclino a ayudar a su compañero mientras observaba como la madera se quemaba, para suerte de ellos comenzó a darse una ligera lluvia que fue apagando el pequeño incendio - no me lo puedo creer. Luzu amigo, que no estabas...
El de ojos rojos miró a otro lado al entender a lo que se refería.
-Hombre que... - a lo lejos llamando su atención el hombre oso alzaba su espada corriendo de las criaturas, un esqueleto detrás de él lanzó una flecha dándole a Luzu quien al no saber que ocurría y creyendo que su compañero lo vacilaba lanzó de regreso una flecha. Vegetta observaba la escena, mientras Luzu lanzaba flechas el otro se protegía con su escudo, no podía permitir que Rubius saliera lastimado en su tonta pelea - Luzu, ya basta, el que te lanzó la flecha fue un esqueleto.
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Secretos (Rubegetta - Luzuplay)
FanfictionDentro del pueblo se ocultan demasiadas verdades. Hermandades, ladrones, psicópatas, terroristas, Karmaland debía ser un lugar donde estar seguros por el resguardo de 9 héroes, todos y cada uno con distintas cualidades, del más perfeccionista al des...