Cap 4 :Impacto

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-¿Hacemos una pausa? -dijo él, cansado. A mí ya me empezaba a doler la cabeza, así que asentí. Palpé el bolsillo de mi camisa, sabiendo lo que iba a encontrar en su interior: mi mejor amigo el ibuprofeno. -Voy un momento al baño. -me excusé. Él me sonrió, dulce como él era, y fui al baño de mi habitación. Me metí la pastilla en la boca y bebí agua para tragármela más fácilmente. Llevábamos toda la mañana practicando la escena del baile, y la verdad es que era muy divertido, porque a jonghyun se le enredaban los pies y se perdía rápidamente. Entonces reíamos juntos y lo intentábamos otra vez. Yo no podía evitar sonreír todo el tiempo, ¿qué me estaba pasando? Me mojé la cara con agua y repuse el ibuprofeno. Siempre lo volvía a necesitar. Miré la hora para no tomármelo demasiado seguido y que me diera una intoxicación y muriera. Y después regresé a la habitación. -Tranquilo, hoy me lo aprendo. -me aseguró, y rió. A mí no me hacía gracia esa vez. ¡Teníamos un plazo! -Te lo tomas con calma... -De verdad, no pasa nada, la directora siempre es así, pero luego nunca pasa nada. Me senté a su lado en la cama. Me empezaba a caer realmente bien, y eso era un progreso, ¿no? Jonghyun se tumbó y yo a su lado. -Qué cansancio... -dijo, cerrando los ojos, mientras suspiraba. -Voy a volverme loco... -sentí que aquello lo pensó en realidad, pero se le escapó en voz alta. -¿Qué tal estás, key? -se volvió hacia mí, y me miró con calidez... Y aquella pregunta me cogió tan desprevenido, como aquella mirada, que me puse muy nervioso y no pude evitar mordisquearme el labio. Su pelo platinado reflejaba toda la luz del sol, y... yo no veía una persona, sino un ángel. -¿Yo? B-bien. ¿Por qué lo preguntas? -¿Ya he conseguido que me aceptes? Como padre, quiero decir. ¿¡Por qué me estaba preguntando aquello!? ¡Estaba tumbado en mi cama, conmigo a su lado! ... Vale, eso no es exactamente lo que hacen un padre y un hijo, pero ¿no se notaba que lo había aceptado? -S-sí. ¿No ves que estás tumbado en mi c..., que estás en mi habitación? Las otras veces te he echado a patadas, así que... sí, te he aceptado. Él rió, y se llevó las manos a la nuca. -Sí, supongo que esa es una prueba irrefutable. Oye, Key, quería hacerte una pregunta. Así, de padre a hijo. Pero no quiero que pienses que soy sobreprotector ni nada de eso. -nuestras miradas se encontraron. -Es sólo que soy un poco cotilla. -Dispara. -logré articular. Estaba muy nervioso, ¡Jonghyun me ponía de los nervios! Intenté tranquilizarme respirando hondo. (¡Sí! ¡Suelo respirar hondo! ¿¡VALE!?) -A ti... Suzy... te gusta, ¿verdad? -¿Suzy? -se refería a la actriz. En ese momento me calmé. No esperaba esa pregunta, y la que había hecho suponía un alivio para mí. -Es muy guapa, y muy amable. Y como es tan alegre nos complementaríamos muy bien. -O sea, que ya has considerado la idea de poder... salir con ella, ¿no? -Pues la verdad es que sí. Además, creo que está interesada en mí. Cuando la conozca un poco más, puede que le pida que salgamos juntos. Pero ya soy mayorcito para saber con quién salgo o no. -dije grosero. No sé por qué me salió eso, pero no me gustó que "cotilleara" sobre ese tema. -No necesito la aprobación de mi padre. -Ya lo sé, ya lo sé, de verdad. -se acercó un poco a mí, pidiéndome con la mirada que no lo echara a patadas. ¿Tan malo era yo? -Es que Suzy es una gran amiga mía, y estaría bien que saliérais. -¿Tú piensas que estaría bien que saliéramos? -apreté los labios, aún mordiéndolos. -¿No te molestaría? -Ella es una buena persona, también merece estar con buenas personas. -¿De verdad no te molestaría que yo saliera con alguien? -porque yo me estaba irritando, pero no sabía por qué. Sentía que la rabia iba creciendo en mi interior. ¿O era tristeza? No lo sabía, pero en cualquier caso, era desagradable y no conocía el origen de la sensación. Key, ten cuidado... -¿¡Seguiría todo normal!? -exclamé, sin pensar. Sentí un sabor metálico en la boca, pero no me detuve a pensarlo. -Kibum, deja de morderte los labios, te estás... haciendo sangrar. -apuntó él, mirándomelos. Ni siquiera me había dado cuenta, pero me dolían. ¿Qué me estaba pasando? Me estaba dejando llevar demasiado... En ese instante, percibí algo sobre mis labios. Eran los dedos de Jonghyun, que me palpaban las heridas. Me dolían, pero aguanté, porque me gustaba aquel contacto. -Shh... -no pude evitar aspirar por los dientes, fue un acto reflejo del dolor. -¿Te... duele mucho? -preguntó él, susurrando, acercándose a mí lentamente. El corazón me empezó a palpitar muy rápido, y no me alejé de él. -Un poco. -seguíamos tumbados, pero ahora estábamos tan cerca que nuestras narices se rozaban. Suavemente, Jonghyun se acercó aún más a mí... ...y al segundo siguiente, sus labios estaban rozando los míos, cálida y tiernamente. Jonghyun me estaba besando. Yo había cerrado los ojos para sentir tan sólo sus labios, y noté su mano acariciándome el pelo. Su olor a frutos secos invadía mis sentidos por completo.Jonghyun me besaba como si temiera que alguien me rompiera, como si pensara que iba a desaparecer con algún movimiento brusco. Pero yo le quería demostrar que no iba a desaparecer. Lo abracé y lo estreché contra mí, sintiendo su cuerpo con el mío, y le besé con mucha más fuerza e intensidad, rodeando su cuello con mis brazos. Jonghyun me correspondió de igual forma, y atrajo mi cintura hacia sí, con sus fuertes y compactas manos. No lo podía creer, aquello era mágico. Se me saltaron las lágrimas de felicidad. Ahora lo sabía: el amor de Jonghyun, sincero, verdadero como yo lo sentía, era lo que había estado esperando tanto tiempo. Un amor que me viera a mí, y no al hijo de La gran Kim Minhee. Jong... Jonghyun me había visto. Pero la magia se cortó al poco tiempo, cuando él me separó de forma ruda. Sentí que el corazón se me deshacía en pedazos. Abrí los ojos y me levanté. Jonghyun se había levantado también. -¿Q-qué pasa? -pregunté desconcertado, secándome las lágrimas. -Lo siento, Key. No debería haber hecho eso. -Pero yo... -Cállate. Lo sé, te he hecho ilusiones. -su tono de voz era grave y borde, y su mirada, oscura y fría, algo tan poco habitual en él... -Ha sido un acto reflejo. No te quiero, Key. Eres un chico. -tuve que sujetarme el pecho, porque sentía que me faltaba el aire. -Y además, yo a quien de verdad quiero es a Minhee. Las lágrimas, ahora las amargas, se agolpaban en el borde de mis ojos, pero no quería que afloraran. No delante de él, al menos. Yo quería ser fuerte, y era el momento de demostrarlo. -Que un hombre bese a otro hombre -continuó, soltando cuchillos por la boca. -es lo más repulsivo que hay. Eso fue lo último que pude escuchar. Caí al suelo, roto por dentro, destrozado. ¿Cómo, la misma persona, podía hacerme sentir en el cielo, y un segundo después, podía hacerme sentir muerto? No, debería estar prohibido. No quería derrumbarme delante de él, así que me levanté del suelo, y balbuciendo, conseguí farfullar: -...Te odio. Salí, caminando lentamente. No quería estar más tiempo allí, quería marcharme cuanto antes, pero no podía caminar más rápido porque era demasiado el dolor. Cuando por fin logré salir de aquella casa, donde mi madre y el amor de mi vida vivían juntos, por fin pude dejar que mis lágrimas corrieran. El sol estaba en lo más alto del cielo, pero yo sentía que todo era negro y oscuro, y eché a correr lejos de allí. No sabía a dónde me dirigía, sólo sabía que volvía a estar solo, justo después de haberme dado cuenta de lo que realmente sentía y de quién era yo de verdad. ¿¡Por qué!? ¿¡Por qué me había besado si después no me quería!? ¿¡Por qué me había humillado de esa forma!? ¿¡Por qué había sido tan amable conmigo, si después pensaba hacerme tanto daño!? ¿¡Por qué tenía la capacidad de cambiar mi vida!? Pero sobre todo... ¿¡POR QUÉ EL HOMBRE QUE AMABA TENÍA QUE PERTENECER A LA MUJER QUE ME HABÍA DADO LA VIDA!? No podía más, y empecé a gritar, sin importarme nada, sin ser consciente del miedo que causaría, sabiendo que no le importaba a nadie... Sin soportar la situación.

Ya eran las cuatro de la tarde y yo seguía deambulando por las calles. No había comido nada, pero tampoco tenía hambre. Me picaban los ojos de haber estado llorando tanto tiempo. Además, me di cuenta de que ni siquiera llevaba el móvil, me lo había dejado en casa después de salir. Pero no tenía ganas de volver aún. No me sentía preparado. No quería enfrentarme... a él. Me había humillado. Había aprovechado un momento de debilidad para humillarme. Yo le había demostrado mis sentimientos más profundos, le había entregado mi corazón, y él... Él no me quería. ¿Cómo me iba a querer de esa forma... mi propio padrastro? Yo era un enfermo. Y un iluso. Era un niño pequeño. Además de un egoísta. Mi madre por fin se había casado con alguien a quien parecía querer, y yo pensando en arrebatárselo. Lo sabía, sabía que era igual que los otros dos. Lo único que quería ese actor asqueroso era aprovecharse de mi madre. Si luego iba besando a todo el que pasaba... ¿De verdad... le había parecido tan repulsivo besarme? Aunque fuera un chico... ¿le había resultado repulsivo? Mi cuerpo quiso empezar a llorar de nuevo, pero ya no me quedaba energía para satisfacerle. ¿Por qué me había enamorado tan rápido de alguien tan idiota? Pues porque yo era el idiota. Estaba tan cansado que decidí sentarme un momento. Hacía frío, y sabía que enfermaría si me quedaba mucho tiempo quieto, pero me daba igual. El ibuprofeno seguía en mi bolsillo. Parecía tentarme con su tacto en mi pecho, pero lo reservaba, porque era la única prueba de que lo que había pasado era real. Había cogido aquella pastillita justo antes de que sucediera todo, era lo único que permanecía, testigo silencioso de mi tortura. En ese momento, vi una mano femenina pasando de arriba abajo por mi campo de visión, y cuando miré a quién pertenecía, descubrí a Suzy. -H-hola... -susurré, casi inaudiblemente. -¡Key! ¡Por fin te encuentro! ¡Minhee estaba muy preocupada por ti! Le voy a poner un mensaje diciéndole que estás bien, ¿vale? -iba a objetar, pero ella añadió: -Tranquilo, no le voy a decir dónde estás si no quieres. -Y entonces callé. -Hace frío. ¿Por qué no vamos a algún sitio? -me preguntó mientras escribía en el móvil. Yo no tenía muchas ganas, pero ella me agarró del brazo y me arrastró. -Vaaamooos, no quiero verte así. -¿Y a dónde vamos? -pregunté, con la voz un poco rara. -¡Vamos a dar una vuelta por el centro comercial! ¡Podríamos ir a los recreativos! ¿Te apetece?- lo cierto era que no, y ella lo sabía. -No sé ni para qué pregunto. -farfulló, y me arrastró hasta el centro comercial. Al principio yo me sentía un poco incómodo, y seguía totalmente deprimido, pero a medida que pasaba el tiempo(comprando ropa ,Jugando en esos jueguitos para ganar un peluche y ver una peli...) me iba despejando poco a poco, olvidándome de mis problemas, y de las dos personas más importantes para mí. En torno a las siete, Suzy me ofreció ir a un restaurante de comida Japonesa , cosa que yo acepté, puesto que al pasárseme un poco la pena, me había dado cuenta de lo débil que estaba en realidad. -¿Qué ha pasado,Kibum? -me preguntó mientras comíamos, con timidez. -Siento ser cotilla, pero es que estabas realmente mal. Yo me figuraba que el actor le habría contado a Suzy lo que había pasado, puesto que eran grandes amigos, pero por lo que veía aquello no había sucedido. -Jo-Jonghyun... -era la primera vez que decía su nombre desde entonces. Cerré los ojos para no llorar otra vez. -... mi padrastro y yo... hemos discutido. Pero no ha sido nada grave, de verdad. -dije para tranquilizarla y que no indagara demasiado en el asunto. -No te preocupes. -Vale, y tú a cambio no te vuelvas a deprimir así, ¿hecho? -Hecho. -respondí, sonriendo.

Cuando la acerqué a su casa (aunque ella era mayor, yo era el caballero) nos despedimos en su entrada. -Que tengas buena noche, Kibum. -me abrazó. Yo le respondí: -Muchas gracias, Suzy. Me lo he pasado muy bien contigo. -yo nunca era tan amable, solía ser borde y seco, pero no tenía muchas fuerzas como para hacer de mí. -Yo también. -dijo, y me robó un beso rápido y fugaz en los labios. -Cuando te pase algo malo, cuéntamelo y yo te ayudaré. O no me lo cuentes y te apoyaré. Pero déjame estar a tu lado. -De verdad eres buena persona... -dije más bien para mí mismo que para ella. Pero por lo visto, le resultó bastante halagador, puesto que su sonrisa se amplió. Se despidió con la mano y entró en su casa. Y yo volví andando a la mía. Seguía sin querer entrar, pero no quería dormir en la calle. Además ahora me sentía un poco mejor gracias a la pelinegra. Me armé de valor y abrí la puerta de mi casa... ... para encontrarme con una comprensiva madre que me advirtió de que no me volviera a dejar el móvil olvidado en casa. Yo asentí sin ánimo y caminé a las escaleras para volver a mi habitación. Y justo en ese instante, él estaba cruzando el pasillo. Nuestras miradas se encontraron un momento, y ver sus ojos oscuros de nuevo hizo volver el dolor a mi pecho, y volví a sentir ganas de llorar otra vez. A paso rápido anduve hasta mi cuarto y cerré la puerta con pestillo. Al poco tiempo me metí en la cama. La noche se llenó de lágrimas y pesadillas, y el dolor de mi corazón era insoportable.
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Aquí esta el siguiente capítulo n.n ,espero que les estee gustando :3 u.u y gracias a todos los lectores fantasmas x3 (igual me gusta saber que almenos leen. :) pero porfis si pueden voten sii esque no se si continuarlo derre no les gusta ><

Mi padrastro ~ Jongkey [COMPLETO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora