Ya estaba sonando el timbre que marcaba el fin de las clases. Demasiado pronto para mí. Como todo lo que estaba sucediendo aquel lunes tan gris. No quería volver a casa y verlo de nuevo allí. Aquella mañana al levantarme, había olido el dulce aroma del Cola Cao, y sabiendo a quién pertenecía, me había marchado de casa sin desayunar. Como muchas otras mañanas, los periodistas que conocían mi ruta a la escuela me acosaron con preguntas sobre mi madre. Normalmente, yo les habría respondido de un modo borde, pero aquella mañana ni siquiera les dirigí la palabra. Para mí eran fantasmas. O mejor dicho, yo era el fantasma, el que no les podía oír, y al que todos podían traspasar. En clase no pude concentrarme bien, no cesaba de darle vueltas al mismo asunto una y otra vez. Los profesores me preguntaron que me sucedía, pero yo no les había respondido.Y como yo no tenía amigos, nadie más se interesó por mí. Recordé el día en que él había llegado a casa. El día en que me había deprimido por su presencia. El día en que él me había consolado. Y el día siguiente fue el día en que él se interesó por mí. Me hizo el desayuno, porque le había gritado. Averiguó el porqué de mis preocupaciones. Esos días parecían tan lejanos… Ahora lo que tenía que hacer era regresar a casa y enfrentarme a sus miradas de aborrecimiento. Suzy me había puesto un mensaje ofreciéndose para ir a recogerme al instituto, pero yo lo había rechazado, no me sentía con fuerzas para ser amable. En el trayecto a casa traté de leer un libro para distraerme, sin éxito. Me había tomado el ibuprofeno hacía mucho, y no podía hacer más para aliviar el dolor, que se había intensificado nuevamente al no haber nadie animándome. Y por si fuera poco, tenía los labios llenos de heridas que me recordaban al fatídico momento del día anterior. Enfrente de la puerta de casa, reconsideré comer allí o marcharme a algún restaurante de comida rápida, si es que iba realmente a comer. Pero me dije que no podría estar así toda la vida, lamentándome de mi suerte y dejando que un estúpido niñato homófobo condicionara mis situaciones. Con esta disposición, metí la llave en la cerradura y empujé la puerta, murmurando: -Ya estoy en casa… Al abrir, me encontré con una “encantadora escena”, en la que Minhee y su futuro esposo se besaban, justo enfrente de mí. Era lo que me faltaba por ver. -Key… -dijo mi madre, con preocupación. Él tan solo me miraba inexpresivo. ¿Cómo podía ser tan frío y tan cruel? -No tengo mucha hambre, mamá… -intenté decir de forma clara, sin comenzar a llorar. -Voy a comer en mi cuarto. -Pero hace ya dos días que no comemos juntos… -Es que no me encuentro muy bien… -me excusé. Pero en cuanto oí lo siguiente, no tuve fuerzas ni para excusarme: -Deja de poner pegas y complace a tu madre, que ya es hora de que lo hagas. Un nudo se me formó en la garganta al escuchar su voz. Era su voz, su timbre, pero había perdido la dulzura y la alegría, y ahora era helada. Como el de un autómata, mi cuerpo obedeció sin que yo pudiera hacer nada, dejando la mochila a un lado, junto con la chaqueta, y andando a la cocina, lavándome las manos concienzudamente y sentándome a la gran mesa del salón, la cual ya estaba preparada. Mi madre y su pareja se sentaron en el lado opuesto de la mesa, y yo cogí el tenedor sin ningún apetito. Empecé a fingir utilizarlo, con la mirada perdida en algún punto del que ni yo era consciente. Sentía la mirada de mi madre clavada en mí, pero no me importaba en ese momento. La última frase que acababa de escuchar era demasiado fuerte como para preocuparme por nada más. Había tenido un segundo significado. Él había insinuado que yo había traicionado a mi madre, al besarlo a él. Ahora me había hecho sentir como lo peor que la Naturaleza pudiera haber concebido nunca. Por un segundo medité la idea de echarme a llorar allí mismo, sin aguantar nada más, pero quería demostrar ser fuerte, aunque por dentro me estuviera muriendo de pena. De súbito, alguien soltó los cubiertos sonoramente, y no pude más que levantar la mirada, para ver que había sido ella. -¡Ya es suficiente! -exclamó. -Esto no puede seguir así. Él la miró con sorpresa, poniéndose pálido. -Le voy a contar la verdad a Key. -¡Pero me hiciste una promesa, Minhee! -¡Lo sé, y lo siento mucho! Pero no puedo verte así de triste, Jonghyun. Y sobre todo, no puedo ver así de triste a Key. ¡Es mi hijo! Yo no entendía de qué iba el asunto, pero quería saber aquello que me ocultaban, y no iba a objetar. Él se llevó la mano a la frente en señal de preocupación. -Ya sabes las consecuencias que esto tendrá. -¡Eso es decisión suya! -replicó mi madre. -¿Alguien me va a explicar qué está pasando? -intervine, para sorpresa de los dos, que de verdad pensarían que me había convertido en fantasma. Fue mi madre la que comenzó a hablar. -A ver… Esto es complicado, pero quiero aclarar, antes de que te hagas ideas absurdas, que yo me ofrecí para casarme con Jonghyun. -Que… ¿te ofreciste? -repetí, sin saber por qué había escogido esas palabras, en lugar de unas más naturales como “yo le pedí”. -Kibum, Jonghyun es… -¿Estás segura de lo que haces? -le interrumpió.
-Completamente. Jonghyun es gay, Key. Jonghyun es gay. -de la sorpresa por aquella revelación, no pude responder. Una cantidad vertiginosa de pensamientos se arremolinaron en mi mente. Él había dicho que si dos hombres se besaban era repulsivo, justo después de besarme. Si de verdad fuera gay, muchas cosas tendrían sentido (como que se casara con una mujer mayor que él), pero muchas otras no (como que se casara con una mujer). Aún sin terminarme de creer el asunto, escuché la intervención del mencionado: -Lo soy. Y ya no hay vuelta atrás, ya lo sabes… -su tono de voz ahora era más desahogado y menos artificial, y además su frialdad había sido sustituida por notas tristes. -P-pero… ¿por qué os íbais a casar? -¿No lo ves, Key? -me preguntó él, levantando el rostro. Vi que bajo sus ojos se había instalado un ligero color púrpura. -Soy un actor famoso, un ídolo adolescente. No puedo decir que soy gay. “Alas de ángel” perdería muchas fans, porque me verían realmente inalcanzable. ¡Por eso me iba a casar con Minhee! -Los rumores habían comenzado, hijo. Ya se decía que Kim Jong Hyun era gay, y para acallar esos rumores, Lee Jin Ki , su mánager, le ordenó que se casara con una mujer. Mientras me revelaban esas cosas, no sabía qué estaba sintiendo exactamente. Cada vez estaba más confuso. -¿Y Suzy? ¿Por qué fue mi madre? Ella es tu amiga… -Sí, y por eso precisamente me negué en cuanto ella se ofreció. No quería quitarle la libertad que me había sido arrebatada a mí, esa tan preciada de escoger la persona con la que quieres pasar el resto de tu vida… -hizo una pausa, porque había encontrado mi mirada, pero yo estaba demasiado desorientado, así que la desvié. Él suspiró y continuó narrando su historia. -Minhee había tenido dos parejas fallidas, y además también era una artista famosa. Era la candidata perfecta para hacer el papel de esposa. Excepto por la edad, cosa que ignoró Jinki, que quería casarme cuanto antes con una mujer. -¿Y por qué me lo habéis ocultado durante todo este tiempo? O más bien… -me corregí. -¿¡POR QUÉ DEMONIOS ME LO HABÉIS OCULTADO!? -Creía que no lo ibas a entender, Kibum. -respondió mi madre. -Siempre tratabas de protegerme, y entrar en una relación falsa… Creía que no te iba a gustar. -Y después pasó. -intervino de nuevo él. -¿Pasó el qué? -pregunté irritado, sintiendo que la ira me comenzaba a dar fuerzas. -Que me enamoré de ti. Jonghyun… Jonghyun me acababa de confesar que se había enamorado de mí… Me volví a quedar sin habla, y el corazón se me aceleró. Volví a morderme el labio, que me dolía, pero me daba igual. -No te muerdas el labio. -me advirtió él, aún con una expresión triste. -Me enamoré de ti,Kibum,Y sigo estando enamorado de ti. Y por eso no quería que te pasara lo mismo en tu carrera como músico. No quería que pensaran que eras como yo, que te tuvieran que forzar a casarte…Suzy era lo mejor que te podía pasar, y yo no debía interponerme. Por eso fui tan duro contigo. De verdad que lo siento, Kibum…- sollozó. Las manos me temblaban, y tenía la cara ardiente. Aún no podía reaccionar… -No debí haberte dicho esas cosas, pero tenías que alejarte de mí. No pude retener el impulso de besarte, pero fue un error… Lo siento tanto… -se tapó la cara con las manos un instante, pero rápidamente se recompuso, suspirando. Se levantó de su asiento y caminó hacia mí. Se puso frente a mí y me dijo: -Ahora ya da todo igual. Me agarró las manos, entrelazando sus dedos con los míos, arrodillado, y siguió hablando: -Sigo enamorado de ti, Kibum, Y estoy dispuesto a hacer lo que sea para que te quedes a mi lado. Me da igual salir del armario públicamente, crear un nuevo escándalo, gritar a los cuatro vientos que me he enamorado de mi hijastro, que resulta ser la persona más maravillosa y pura que he conocido en mi vida. Lo que no estoy dispuesto a hacer es sacrificar tu carrera como bailarín , porque la gente homófoba está por todas partes, y también en el mundo de la música. Ahora es tu decisión: ser un bailarín gay desde el principio, sabiendo lo que eso conlleva, o ser un bailarín , con muchas más oportunidades. Pero quiero que sepas algo, una verdad indudable. -hizo una pausa. -Y es que te quiero, y nunca voy a dejar de hacerlo. Eran tantas las emociones que se agolpaban en mi corazón que no supe qué responder. Estaba contento, ¡estaba contento! ¡ESTABA MUY CONTENTO! Y todas las emociones negativas de los últimos días desaparecieron al instante. Sus cálidas manos seguían sosteniendo las mías, y todo era perfecto: sus ojos de cachorrito, su pelo platinado, su mirada espectante… Y cuando yo estaba a punto de sonreírle y decirle lo que mi corazón sentía, recordé el motivo de todo aquello. Él no quería ser gay, y yo le iba a fastidiar su carrera… ¿Qué debía hacer? No me sentía en condiciones de responder. Aparté mis manos de las suyas y murmuré: -Tengo que pensar sobre esto… -veloz, me levanté de la silla y me encerré en mi habitación, buscando un lugar en el que reflexionar. No podía precipitarme con esto.
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Y pos aquí esta n.n" un capítulo mas :3 espero y les guste <3 voten please en dos días subo el sgte capítulo :3
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Mi padrastro ~ Jongkey [COMPLETO]
FanfictionBuenas, soy Kim Ki Bum . Tengo dieciocho años. Hay muchas cosas que me gustan: Bailar, Cantar, los ibuprofenos(pastillas para el dolor de cabeza), mi padrastro, estudiar, la música... ¿He dicho mi padrastro? ****** JongKey******* es un Fic que adapt...