Capítulo 2.

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2. Hogar.

Etamin chirriaba al costado de sus oídos, el sonido no era ensordecedor, pero sí lo suficientemente fuerte como para lograr despertarlo, el ave lo había despertado, pues con un rápido vistazo al reloj, se dio cuenta que ya era hora de comenzar el día

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Etamin chirriaba al costado de sus oídos, el sonido no era ensordecedor, pero sí lo suficientemente fuerte como para lograr despertarlo, el ave lo había despertado, pues con un rápido vistazo al reloj, se dio cuenta que ya era hora de comenzar el día.

— Olvidemos el plan, Etamin. Sigue durmiendo —. Se quejó el muchacho, pues los ánimos de levantarse e ir a clases que tenía eran nulos.

El ave se erizó, hastiado de ver como su cuidador se protegía entre las sábanas oscuras, creando una barrera entre ambos. Draco creyó que la lechuza se habría rendido y lo dejaría dormir, pero hubo otro chirrido en una entonación irritada, el animal tomó con sus patas el vaso de agua a un lado del cabezal del rubio, y aferrandolo entre sus recortadas garras, lo tiró encima del cuerpo envuelto en telas cálidas.

— ¡¿Qué diablos, Etamin!? — le gritó el empapado rubio al animal, le tomó unos segundos notar que su lechuza estaba sobre el escritorio, mirando la escena, sin ser culpable de nada, mas otra lechuza en tonos cafés chirriaba como una verdadera madre molesta porque su hijo no se quería despertar, claro, era la lechuza de Narcissa.

¿Había volado desde Italia al Londres mágico o su madre la envío por otro lado?.

Indignada, el ave le dejó en las manos un pedazo de pergamino, un mensaje de su madre. El rubio bufo, lanzando sus claras hebras húmedas hacía atrás, vaya forma tan encantadora de despertar tenía el ave, que igual se agradece porque de lo contrario seguiría durmiendo.

— Gracias, Lazuli — le dijo al animal, mientras le tendía una galleta y esta la tomaba en su pico antes de irse volando. "Encantador", fue el irónico pensamiento del muchacho.

Después de leer la carta llena de positivismo y buenas vibras de su madre, se higienizó y vistió. Su uniforme impecable y la corbata perfectamente anudada, tan bien que se sentía a nada de que la tira de tela fuese a asfixiarlo. Aún tenía tiempo, pues recién había leído su horario, y gracias al cielo tendría el suficiente tiempo como para desayunar y perderse un rato antes de ingresar a su primera clase, la cual no le emocionaba en absoluto, Pociones perdió su encanto desde que Snape dejó de impartirla.

𝐒𝐰𝐢𝐦 (𝘍𝘢𝘯𝘧𝘪𝘤 𝘋𝘳𝘢𝘳𝘳𝘺/𝘏𝘢𝘳𝘤𝘰)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora