𝐒𝐰𝐢𝐦 (𝘍𝘢𝘯𝘧𝘪𝘤 𝘋𝘳𝘢𝘳𝘳𝘺/𝘏𝘢𝘳𝘤𝘰)

Capítulo 4.

4. La marea alta entre el "ser" y "no ser".

Afortunadamente la mañana parecía prometedora; el sol brillante enviaba calidez a la superficie terrestre, y aquello animó al joven mago a levantarse de la cama, adjuntando el hecho de que Blaise y Pansy literalmente irrumpieron en su habitación, la muchacha parecía ansiosa, pues le obligó a salir de los dormitorios aún cuando el no terminaba de arreglar su uniforme.

— ¿Quieres embarrar mi rostro en el suelo?, porque si lo que quieres es eso estás a punto de lograrlo — los rayos del sol se colaban por ciertas aberturas del castillo, y mientras el terminaba de atar su corbata, Pansy le dirigía en el camino presuroso.

— Vamos tarde, y si no nos damos prisa nos perderemos el desayuno —.

— Pansy, aún tenemos mas de cuarenta minutos para desayunar, ¿Por qué te apresuras tanto? —.

— Hermione y yo tenemos muchas cosas que hablar — fue su única respuesta, y aún arreglando su corbata lo hicieron sentarse en la mesa de Gryffindor, junto a un adormilado pelirrojo y un Harry Potter que no dejaba de jugar con sus manos.

— No fui el único al que sacaron de su habitación con la excusa de "Nos perderemos el desayuno", ¿verdad? — fue lo que dijo Weasley, con la voz adormilada y el rostro enfurruñado.

— Efectivamente, no fuiste el único —.

Hermione, Blaise y Pansy se miraban unos a otros, Granger siendo la menos disimulada de los tres. No le fue extraño, en los últimos días aquellos habían fortalecido su amistad con los leones, inclusive él aceptaba que se divertía, y lograba borrar de su cabeza pensamientos intrusivos o negativos cada vez que se sentaba a ingerir alimento con aquellos tres leones y sus inseparables amigos.

Se obligó a espabilar un poco más, pues estaba seguro que de lo contrario se quedaría dormido en la mesa de madera. No dormía muy bien, pero sabía que eso era su culpa, pues ahogaba sus penas en la lectura, y terminaba durmiendo muy tarde ya que el "Sólo leeré éste capitulo y me iré a dormir" se transformaba en pasarse la noche en vela, impregnado en las letras tan maravillosas de todas y cada una de las novelas y libros que leía. Él estaba callado, tenía demasiada pereza como para inmiscuirse en la animada charla, pero Potter parecía no entrar a la conversación tampoco, cosa extraña, pues él siempre tenía un tema del cual hablar con todos, admitía que aquello le pareció fascinante, pues desde su punto de vista; las personas que siempre tienen un tema del cual hablar, sin importar el ámbito en el que se encuentre lo convierte en una persona culta y conocedora. La comida en su plato estaba a la mitad, su cansancio le mermaba el apetito.