❝𝑫𝒓𝒂𝒄𝒐 𝑴𝒂𝒍𝒇𝒐𝒚 𝒅𝒆𝒃𝒆 𝒂𝒑𝒓𝒆𝒏𝒅𝒆𝒓 𝒂 𝒏𝒂𝒅𝒂𝒓 𝒄𝒐𝒏𝒕𝒓𝒂 𝒍𝒂 𝒄𝒐𝒓𝒓𝒊𝒆𝒏𝒕𝒆... ❞
Harry Potter era el salvador del mundo mágico, ¿También podría ser el salvador de Draco Malfoy?.
↬Derechos de personajes a sus respectivos au...
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3. " Ahora no me conozco, ¿Quién eres? "
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Despertó de su ataque emocional en cuanto los cristales barrieron el suelo, solo dirigió las manos a cabeza, jalando de la rubia cabellera que portaba, las voces en su cabeza no callaban, no había forma de silenciarlas, y hablaban más fuerte a cada segundo, si fuera físicamente posible, su cabeza estaría a punto de estallar.
Despeinado, con la camisa sin botones, el pecho descubierto, y quitando el cinturón, se lanzó al colchón, estaba sorportando demasiado, y no era una situación que haya empezado hacía apenas unos cuantos meses, no, tenía cinco años cuando las reuniones en su hogar ya eran visibles, más no entendibles para el, un niño que no sabía en que clase de situación bailaba su progenitor. El tiempo avanzó, y su conocimiento sobre aquello también, claramente no le enorgullecía, pero su padre no podía abandonar aquella causa ahora.
En cuanto aquella ingrata marca fue tatuada en su piel, se sintió en una cuerda floja, porque la más mínima falta de concentración lo llevaría a un error tan fatal que a acabaría con su vida, que lo haría caer por los aires y llegar de lleno al suelo, sin conciencia. Jamás fue su decisión, jamás tuvo voz ni voto en aquello, solo debía bajar la cabeza, callar y obeder, Draco Malfoy, alías; El niño que no tuvo opción. Pensó que en algún momento iba a quedar seco por todas las lágrimas que llegó a derramar, pero se sorprendía al ver que cada que se sentía de esa manera un río torrencial caía por sus mejillas pálidas.
Atranco las puerta, no iba a salir, ya no importaba, adiós al Draco fuerte, adiós al dragón que siempre mantenía la frente en alto, sus llamas se consumían bajo el fiero océano que lo ahogaba, no era un Dragón fiero y bello, era un ser vivo sin ánimos de continuar.
Etamin estaba ahí, no hacía ni el más mínimo ruido, pero como pudo, se acurrucó con su cuidados, recibiendo una caricia en la nuca por los dedos fríos del muchacho, quien miraba perdidamente el techo, mientras lágrimas de estrellas bajaban por su rostro. Draco era una galaxia que se apagaba velozmente, dejando que las estrellas escapasen por sus ojos como llanto de polvo estelar. El ave chirrio, subiéndose en su brazo y entregando con trabajos en su pico y garras un par de libros.
