Dos

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Los días siguientes fueron iguales. Todas las mañanas que recogía el periódico del buzón, encontraba el crucigrama de atrás resuelto.

Él no era alguien quien disfrutara de perder su tiempo resolviendo acertijos, pero indudablemente la curiosidad podía con él. Su plan era salir solo un poco más temprano para atrapar al culpable con las manos en la masa, tal vez ocho y media de la mañana ¿Qué tanto podía durar una persona en aquella tarea?

Cuando salió a las ocho el día siguiente, no fue ninguna sorpresa encontrar el crucigrama resuelto.

Y el día siguiente, siete y media de la mañana, crucigrama resuelto.

Y el siguiente, siete en punto de la mañana, crucigrama resuelto.

¿Que a acaso la persona esperaba durante la noche a que el repartidor pasara a las seis de la mañana para recibir el periódico y responderlo?

Suspiró, no valía la pena madrugar solo para responder su inquietud, si la otra persona no le robaba ni le dañaba nada de su propiedad, lo dejaría jugar con su periódico.

CrucigramaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora