Crucigrama

Cuatro

Amaneció hace un par de horas, pero Katsuki se levantó bastante tarde. Once de la mañana era la hora perfecta para salir de casa y revisar el buzón, y como lo predijo, el crucigrama estaba resuelto. Casi dando saltos por la velocidad de la emoción, tomó la cámara y entró a la seguridad de su casa.

Se sirvió un plato de cereal integral, prendió su laptop y conectó la cámara para revisar el video. Siete horas de grabación eran imposibles de ver, así que adelantó la velocidad del video. Las calles estaban impasibles, los árboles parecían agitarse de manera poco natural, y solo un par de autos se atravesaron en la grabación, justo a tiempo el repartidor dejó el periódico y se fue, más rápido que alguien interesado en hacer bien su trabajo. El sol estaba a punto de salir, pues el cielo se veía más oscuro que nunca, fue ahí cuando un joven hombre apareció en cámara, Katsuki puso la velocidad normal, al parecer eran plenas seis de la madrugada cuando se grabó eso, casi casi le atina a eso de que se queda a esperar al repartidor.  

Era un chico de cabellos verdosos y movimientos nerviosos, uno que conocía muy bien porque siempre que regresaba del trabajo lo encontraba regando sus plantas. Era su jodido vecino. Pensaría que es normal que saliera en la toma, después de todo sería imposible ir a algún lado en esa dirección sin pasar frente a la casa de Katsuki a menos que rodeara la cuadra. Lo extraño era que el vecino fue directamente a su buzón y sacó el periódico enrollado, lo desdobló y sacó un lápiz de su bolsillo trasero.

Quién lo diría, su vecino era un nerd con complejo de acosador, y era quien resolvía sus crucigramas.