«5»

57 7 0
                                    

Salieron de la casa, Jimin lucia tan feliz, a Namjoon le parecía adorable que estuviera así, por eso no podía dejar que sus padres se enteraran de la situación con Yoongi o que Jimin supiera todo lo mal que estaba su familia. El niño era un rayito de sol en esa casa.

Yoongi estaba en los columpios y Jimin corrió hacia él. El mayor solo lo vio ir, pero su vista se fue a Yoongi, aun no estaba tan convencido de que estuvieran juntos, como si ocultara algo o tuviera malas intenciones con su primo.

- ¡Oye Nam! - Escucho que lo llamaban - ¿Cuántas veces te tengo que gritar el día de hoy para que me notes?

Las palabras de Jungkook lo hicieron sonrojar. ¿Cómo es que un chico de su edad lo ponía de esa manera?

Estaba sentado en la banca de siempre, esperándolo. Sonriendole con esa brillante sonrisa. Namjoon lo saludo y sonrió también.

- Tus hoyuelos – Junkook le pico una de sus mejillas cuando lo tuvo de cercas – Me gustan – Namjoon le guiño el ojo.

- Por favor, dime que trajiste mi marcador – suplico el menor, a lo que Namjoon rió al verlo y saco el plumón de sus bermudas . Muy bien – sonrió y se acerco para tomarlo, pero el mayor lo alejo.

- No, tienes que pagar por él – lo movió y dibujo una sonrisa.

- ¿Cuánto quieres? - Jungkook hizo un puchero.

- ¿Dinero?, no – movió la cabeza de manera negativa, pero seguía sonriendo.

- ¿Entonces? - Lo miro con los ojos muy abiertos, un poco desconcertado.

- ¿Una malteada? - En realidad, no estaba seguro en qué pedirle, su mente le estaba traicionando y solo le lanzaba una palabra, "beso".

- Sí, una malteada – sonrió ya un poco más convencido. Extendió su mano para que le entregara el plumón.

- ¿Cómo sé que lo cumplirás? - Namjoon comenzó a preguntarse qué diablos pretendía con todo este juego, se sentía nervioso.

- Deberás confiar en mí – dudo un poco, pero no le quedaba de otra y se lo tuvo que entregar.

- De acuerdo – Jungkook sonrió al tener su plumón de nuevo – Pero tenemos que ir por la malteada.

- Sí, yo siempre cumplo mis promesas.

Ya era algo, había esperanzas para salir juntos, como una especie de cita. Era un logro.

Jungkook le dijo que se sentara para comenzar a pintarle los brazos. Así que se quito la camisa de cuadros que tenía puesta.

Era un atuendo diferente al que solía usar. Aquellas bermudas negras, con una playera blanca y la camisa de cuadros rojas y negros, con una gorra que cubría su cabello castaño.

Aquello se lo hizo notar Jungkook como cumplido, haciendo que el mayor se volviera sonrojar, sonriendo y marcando sus hoyuelos. Le encantaba tener la atención del menor, pero por el momento dejo de hablar, se estaba concentrando en los dibujos que estaba haciendo, porque no solo era con el marcador negro, había llevado más, de diferentes colores. Esta vez si haría buenos dibujos.

- ¿Así están bien? - le alzo una mano para que los viera pero también lo miro a los ojos.

Aquello cautivo a Namjoon, quería tomarlo del rostro y besarlo, pero se pudo contener, limitándose solo a sonreír, asintiendo. Estaba completamente perdido.

Siguió dibujando, mientras canturreaba una canción, aunque el mayor trato de entender lo que cantaba, no lo alcanzaba a escuchar, pero le gustaba. Tenía una buena voz.

La banca del parqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora