31 Diciembre 2019.
Said:
No sé qué tan absurdo llegarás a considerar el hecho de que te escriba una carta. Quizá para estos momentos ya te habrás dado cuenta de dos cosas importantes:
La primera es que me es mucho más fácil plasmar las palabras que decirlas. Tal vez porque me pones nerviosa y termino diciendo solo la mitad de lo que pretendía o porque te veo y me llega esa risa nerviosa y le quita la solemnidad a lo que pretendía decirte.
La segunda es que me inspiras, en demasía. Continuamente me sorprendo a mi misma pensando en ti, esto te lo digo arriesgándome a que tu mirada me dedique esos ojos llenos de compasión como diciéndome 'yo no siento lo mismo'.
Hay tanto que quiero que sepas, pero ya me han dicho que no está bien que te diga todo lo que pienso de ti, porque te adulo mucho. Que terminarás utilizándolo en mi contra. Ellos no entienden. No saben que yo ya te he concedido ese poder desde hace mucho y de manera voluntaria.
Quererte, del modo que lo hago, parece irreal. No es ni de cerca lo que alguna vez hubiera imaginado como una relación, porque eso es para mí, más del tipo unilateral, pero relación al fin y al cabo. Pero créeme que es mucho más de lo que podría pedir.Eso no quiere decir que no duela, porque créeme que duele cada segundo.
Duele cuando estoy cerca de ti y solo puedo verte.
Duele cuando tengo la oportunidad de estar a tu lado, pero no puedo hacer nada de lo que quiero.
Duele tu ausencia.
Duele tu naturaleza coqueta.
Duele tu indiferencia.
Algunas veces duele tanto que quisiera decirte que te detengas. Pero recuerdo que ya te lo pedí una vez y cediste tan fácil, como si de verdad no te hubiera importado nada. Me dejaste ir con tanta ligereza que me creí como un ave. Solo abriste las manos para que yo emprendiera el vuelo. Y lo hice. Confíe en la certeza de tus movimientos. Qué estúpida fui. Apenas habían transcurrido horas y ya me había arrepentido. Quería, de una manera urgente, regresar el tiempo y aceptar que aquello que sucedió ese día no era de mi incumbencia. Que pude haber hecho ojos ciegos como otras tantas veces.
Ahora estarás comprendiendo un poco el infierno dramático que crean mis pensamientos. Por eso vivo atormentada. Nada es tu culpa.
Mis expectativas son las que han cavado este pozo en el que me encuentro hundida.
Es posible que no me creas, pero mientras vuelvo a leer lo que escribo me enferma mi nivel de obsesión, pero ¿realmente es capricho o enamoramiento? Tengo que contenerme siempre, por lo que algunas veces exploto. Y es que la parte consciente de mi cerebro me dicta el comportamiento 'correcto' de mi postura. Pero cuando veo a las parejas a mí alrededor, llenándose de mimos, saliendo, generándose problemas, es ahí cuando la parte boba e infantil me dice que queremos eso que vemos. Me conforto a mi misma repitiendo que si me porto bien seré merecedora de un premio (interprétalo como una mirada, un apretón de manos, abrazo si estás de buenas); intento con todo mi esfuerzo no ocasionarte ningún problema, ninguna molestia. Es enfermedad, ¿verdad?
Podemos catalogarlo así, o culpar a mi estúpida concepción del amor que se entrega completamente, de manera ciega y desinteresada. Creo qué tú lo mereces todo y yo apenas nada. Solo aquello que me quieras dar.
Y aún así, después de todo lo mencionado en renglones anteriores. Necesito decirte que te quiero.
A pesar de la inmoralidad de este sentimiento. Consciente de que no está bien.
Te declaro aquello que ya sabes.
Te quiero mucho, Said.
Quiero que seas feliz siempre, y no digo que conmigo, yo viviré a través de ti. De lo que sientas, de lo que te haga nudo el estomago y te dé calidez en el pecho, hasta que tú me lo permitas.
Gracias por ser un gran ejemplo de trabajo duro y comprometido.
Gracias por mostrarme que aún existen padres que aman a sus hijos y que eres en realidad un buen sostén del hogar.
Gracias por ser mi primer beso.
Gracias por ser mi maestro de los placeres a los que creí jamás poder acceder.
Gracias por permitirme ser tal como soy.
Gracias, sobre todo, por ser mi amigo.
Créeme que me llena de orgullo saber que cuento con tu amistad. Sin importar lo que pase sé que puedo contar contigo, y ten la certeza de que tu puedes contar conmigo siempre.
Por último, gracias por hacer tan maravilloso, excitante, frustrante, feliz y apasionante mi 2019.
Te deseo lo mejor, siempre.
Tu Jilarik.
Pd. No te preocupes por este papel. Lo puedes romper, quemar, tirar o lo que quieras. Yo guardo el archivo digital. Además no creo que quieras volver a leerla.
(N/A: Él nunca había leído nada que yo hubiera escrito, por eso hay frases de los otros poemas en esta carta... me dijo que le gustó mucho. Que él no lee, pero si yo escribiera un libro seguro que lo leería todo. Ese día fui muy feliz.)
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Quiéreme tantito, Said...
Lãng mạnEl amor es un sentimiento que me resultaba desconocido hasta hace apenas unos meses. En realidad, no hay razón para que publique esto, no es una ficción y estoy agradecida por eso. Esto que hoy me decido a compartir son los enloquecedores pensamien...