Era una alegre mañana en el campamento mestizo, hace meses que habían terminado con la gran madre tierra y ella había vuelto a dormir, los semidioses comenzaban a gozar de una paz merecida o al menos esperaban disfrutarla hasta donde podían hacerlo los adolescentes.
Junto al lago habían dos de ellos, hijos de los grandes y poderosos dioses del mar y del cielo, sentados uno a lado del otro. Uno revisaba papeles demasiado importantes para él, estaba trabajando arduamente en la propuesta que había hecho de hacer muchos templos para los dioses que no los tenían, revisaba una y otra vez la lista que tenía, los materiales, las mediciones de la localización y luego las ponía en el mapa que tenía del campamento Júpiter.
— Jason — la voz de su amigo lo sacó por quizá millonésima vez de su concentración.
El azabache a diferencia del rubio tenía solo un libro en sus manos, se suponía que estaría estudiando con ahínco para sus pruebas de la universidad pero no estaba haciendo nada de eso ahora que su mejor amiga la hija de Atenea había tenido que salir de viaje.
— Dime Percy — dejo un momento sus papeles de lado, se acomodó las gafas que cargaba y fijo sus orbes azul eléctrico en su hiperactivo acompañante que en ningún momento había dejado de mover las piernas .
— No me gusta el final de este cuento — murmuró contrariado mirando las letras del libro que reposaba en sus manos.
Era verdad, eso es lo que estaba leyendo nuestro buen hijo de Poseidón, hacia buen rato que dejó sus útiles libros de Álgebra, Sociales, Ciencias, Biología y demás para enfrascarse en el gran libro de cuentos que había encontrado en la biblioteca del Campamento Júpiter.
— Son solo cuentos, mismos que no deberías estar leyendo — rodo los ojos el rubio mientras volvía a tomar entre sus manos los papeles que tenía que revisar, era fin de semana y entre semana no podía revisarlos por la escuela.
— Pero ¿Por qué no se quedó con el príncipe? Así no me lo contaba mi mamá — Percy seguía con la mirada fija en las letras del libro. Jason decidió hacer oídos sordos de lo que el decía — Y ¿Por qué ella tuvo que convertirse en espuma? —
— Si, si, ajá Percy — respondió el rubio sin darle verdadera importancia a lo que estaba diciendo el otro ¡Eran cuentos por favor! ¿A quién podía importarle unos absurdos cuentos de hadas? Habían cosas verdaderamente importantes y no eran los cuentos.
— Los cuentos deben tener un final feliz — seguía diciendo Percy mirando el libro como si de tanto verlo el final fuera a cambiar — Era mi cuento favorito — se atrevió a mirar al rubio que no le prestaba atención.
Su cabello rubio estaba siendo despeinado por el viento, el sudor en los costado de su rostro solo le provocaban querer querer limpiarlo con sus manos mientras enredaba las suyas en el rubio cabello de su amigo. Suspiro, ahora entendía más a Nico con respecto de no decir sus sentimientos, era muy duro estar enamorado de alguien y no decirlo por miedo a su reacción.
Volvió la vista a su libro mirando la imagen que se dibujaba en este, acarició despacio la página.
— Me has arruinado la infancia libro — murmuró haciendo una mueca.
— Si, ajá — comento una vez más el rubio y los ojos verdes se posaron en él.
— Ni siquiera me has prestado atención — frunció el ceño cerrando el libro.
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☆~El cuento es un castigo~☆ [Terminada]
FanfictionLa guerra contra Gea o Gaia a terminado, Leo ha regresado al campamento mestizo y todos estaba completamente felices con eso. Todo es paz y tranquilidad, Jason Grace nuestro amado hijo de Júpiter, se está quedando en el campamento por unos días, deb...