Jason durmiente

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Ok Jason se comenzaba a acostumbrar a esto de que su cuerpo se desvanezca lo cual no era natural, de nuevo su cuerpo dejó de existir por así decirlo. Se preguntaba quiénes actuarían de sus padres esta vez.

Vivían en tiempos remotos un rey y una reina que todos los días exclamaban:—¡Ah, si tuviésemos un hijito!

"Ok esos suenan como Thalia y Malcom, lo cual hace esto más extraño todavía" pensaba Jason mientras se encontraba en la infinidad "Dioses, estúpidos"

"Cuidado pequeño semidiós en como nos tratas " gruño el Dios del que aún desconocía el nombre pero suponía era un Erotes.

"¿Cuándo termina mi castigo? " pregunto sin tomar en cuenta el enojo de ellos. Bueno que ya lo estaban castigando, convirtiendo en mujer, haciendo que se bese con su mejor amigo ¿Había algo peor que eso?

"Terminara cuando tenga que acabar" respondieron los dos.

"Ahora calla, hay que empezar" dijo Eros.

Pero nunca les venía ninguno.

Cierto día en que la Reina se bañaba en el río, saltó una rana a la orilla y le dijo:—Se cumplirá tu deseo; antes de un año darás a luz una hija.

"¿Por qué no un hijo?" Jason quería poder bufar o algo pero no, que va si ni cuerpo tenia.

"Porque así no va el cuento" se quejó Eros " Ahora calla "

Y sucedió tal como la rana pronosticara: la Reina tuvo una niña tan hermosa, que el Rey no cabía en sí de alegría y organizó una gran fiesta.

— Es tan bella — decía Malcom mientras cargaba a Jason en sus brazos.

"Que soy un él" se quejaba mentalmente mirando a su amigo pronto estuvo en los brazos de su "madre"

— Tiene mis ojos — señalaba ella mirando al bebé.

"Te ves hermosa, hermana" Jason se puso algo nostálgico mirando el rostro de ella, se veía exactamente como la última vez que la vio.

— Es Bellísima, todo el reino debe conocerla — Malcom sonaba altamente emocionado — Todo el reino esta invitado, toda criatura mágica también —

"Mmmm ¿Qué cuento es este?" Comenzó a pensar Jason mientras todo a su alrededor comenzó a cambiar, se alistaban para la gran fiesta.

Invitó a ella no sólo a sus parientes, amigos y conocidos, sino también a las hadas generosas con su pequeña.

"¿Hadas?" Frunció el ceño Jason.

¿Qué les costaba invitar al hada?

Recordó que Percy se había quejado de eso mientras leía el libro. Bueno puede que de verdad él le haya estado prestando demasiada atención a su amigo en vez de a sus papeles. Pero puede que esto ahora le sirviera.

"La bella durmiente" supuso el rubio.

Trece hadas había en el reino, y como el Soberano sólo tenía doce platos de oro para servirlas en el banquete, no hubo más remedio que dejar de invitar a una.

☆~El cuento es un castigo~☆ [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora