Casamiento

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FANDOM: Beastars
SHIP: Legosi x Haru

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“Nervioso” era la palabra más pequeña para describir el estado de pánico en el que se encontraba. Cualquiera que lo viese, pensaría que se dirigía a la guillotina en vez de al altar. Sin embargo, ¿cómo no iba a estar angustiado? Si su maldita boda sería grabada para que fuera vista y juzgada por cientos de animales más. Al fin y al cabo, el Beastar Legosi, lobo nieto de un dragón de komodo, y de rumoreados antecedentes de depredación, se casaría con una coneja. Era todo un escándalo.

Quien se encontraba a su lado, tratando de calmarlo en aquel momento, era su mejor amigo, quien compartía el tan afamado título junto a él: el ciervo rojo, Louis. Él mantenía relación con una loba y era una pareja mucho más popular y aceptada, debido al hecho que la fémina era la carnívora y la diferencia de tamaño a penas se notaba. Pero en el caso de Legosi, el hecho de que su novia fuese una coneja tan pequeña y adorable, logró ganarse la desaprobación de muchos en la sociedad.

- ¿Qué hago, Louis? Siento que me asesinarán allá afuera. No estoy acostumbrado a que me noten tanto… - sufría el gran lobo, mientras se sentaba cabizbajo en una silla de su camerino

El ciervo suspiró en señal de derrota. Este lobo, a pesar de ser Beastar y haber salvado la ciudad varias veces, seguía igual de inseguro que siempre. Pensó que si Haru aceptaba su propuesta de matrimonio eso le daría algo de confianza, pero al parecer lo sobreestimó.

- Mira que eres tonto. La gente “allá afuera”, como tú dices, te admira. Solo, están sorprendidos. Este tipo de unión no es muy común y menos viniendo de un Beastar. –

- Entiendo todo lo que dices, pero aun así… -

Louis simplemente le pisó la cola al lobo con su pie falso.

- ¡Auch! ¿Por qué-? –

- La ceremonia va a empezar, no seas idiota y sal ya. El novio debe estar primero que la novia. - y sin más que decir, el herbívoro dejó la habitación.

En aquel momento a solas, Legosi recordó cuando le pidió matrimonio a Haru. Ella se sorprendió en un principio, pero luego se puso tan contenta que hasta lloró, cosa que el lobo no esperaba para nada.

Ella le repetía una y otra vez, lo feliz que estaba de tener a alguien que la amara tanto como ella lo amaba a él. Tuvieron una pequeña sesión de besos y por más que la coneja quería que fueran más allá de eso, Legosi fue firme ante su tonta convicción de “sin sexo hasta el matrimonio”. Ella se resignó, casi a regañadientes. Lo único que lo salvaba era el hecho de que lo amaba tanto como para ser paciente por él.

“Claro…” pensó Legosi “Haru me ama. Eso es todo lo que importa. No lo que la prensa diga. No lo que la gente piense. Nuestros sentimientos son los que importan.”

Al fin, entrando en razón, se levantó de su asiento y se dirigió al altar, a esperar a su futura esposa. Cuando sonó la música y la vio caminar por la alfombra, tomada de la mano por su padre, quien confiaba en que cuidaría de ella, no pudo evitar pensar en lo hermosa que se veía, con aquella sonrisa que la caracterizaba.

Tomó sus pequeñas manos con las grandes suyas y antes de que el cura pudiese decir nada, Legosi, en voz bajita, le habló.

- Haru-chan… prometo que te haré feliz. – afirmó con una seguridad que la hizo sonrojar

- Yo también te haré feliz. –

Y tras las largas palabras del sacerdote, fueron proclamados finalmente, marido y mujer.

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¿Quién más quiere que esto pase en el manga? :''')

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