Ojos que no ven.... [MadaHashi]

Por ti

No creía que ahora mismo estuviera caminando hacia ahí. ¿Estaba listo para conocer a la mujer que se convertiría en esposa de Hashirama?

No.. pero, tenía que hacerlo, por el...

¿Y si era una mujer bonita?
¿Hashirama realmente estaba dispuesto a llegar a tanto solo por... un acuerdo de paz...?
Si, no dudaba de aquello, ni siquiera sabia porque me lo preguntaba.

El ardor en mi estomago aumentaba conforme mas me acercaba a la puerta. ¿Y si no podia resistirme y acababa gritandole a esa joven todo lo que siento por Hashirama?

Todo era tan complicado.
Solo podia aceptar y respetar su decisión...
Habia cometido tantos errores, el tal vez se habia cansado de esperarme.
Me arme de valor.
Tome el pomo de aquella puerta, mordiendo mi labio tan fuerte cómo pude.

¿Y si me rompia frente a todos..?
¿Y si las lagrimas empezaban a caer sin parar...?
No podia  dejar de pensar en todo... ¿No seria yo la persona que dormiria y despertaria por el resto de su vida a su lado?

Me había aburrido de tanto jugar con aquel bolígrafo negro, tanto, que había comenzado a pintar sobre la palma de mi mano del nombre de Hashirama.

Habían pasado ya varios minutos desde que Hashirama nos presentó  a la líder del clan Uzumaki, y la que pronto se convertiría en su esposa. Desde que escuché como se presentaba había dejado de poner atención y sabia bien que Hashi se daba cuenta de mi cara de disgusto, no me importaba ya, por su culpa estaba asi.

Aquella mujer era hermosa, de pies a cabeza, con personalidad frágil y voz suave, con cabello rojo intenso y aquellos lindos ojos que podían penetrar tu alma con solo verlos un instante, ¿Como yo, que además de no tener ninguna de esas cualidades, era hombre,  podría competir con alguien tan encantadora como ella? Estaba seguro que Hashirama la elegiría  mil veces a ella, a ella y su tratado de paz.

Los murmullos sobre los planes que tenían para dicha boda se hacían difíciles de ignorar. ¡Maldita seas Hashirama! ¡¿Porque diablos eres tan fácil de manipular?! ¿..Porqué diablos eliges pasar el resto de tu vida a su lado...?

—Tsss —escuche a un lado mío.

Gire mi rostro y allí estaba, agh, tampoco tenía humor para soportarlo, así que rodé los ojos y volví mi vista de nuevo a mis pies.

—Tsss —volví  a escuchar .

De nueva cuenta gire mi rostro y me encontré con un papelito cerca de mi brazo, mientras el albino posaba su vista hacia ningún lugar en específico.

-'Quita esa cara de amargado... de por si eres horrible :3'

De alguna u otra manera, decidí verlo a los ojos y una sonrisa se me escapó.

También tenía un orgullo de acero como el mío,  pero yo sabia perfectamente la intención de aquel mensaje.
El lo sabia.

Recuerdo haberlo visto en más de una ocasión conservandonos a Hashirama y a mi en aquellas citas que teníamos de pequeños,  sabia bien cuanto me dolía verlo... haciendo preparativos para una boda que bien no seria para nosotros.

-'Tenerte al lado no ayuda tampoco ¿sabes? :)' —escribí también sobre aquel papel blanco, y como niño apunto de hacer travesuras, toqué su brazo para dárselo.

Por primera vez tuve la oportunidad de conocer un poco mejor a Tobirama, dejando a un costado nuestro amargado y orgulloso lado.

Pasamos el resto de la reunión escribiendonos y susurrandonos cosas incoherentes, tanto que en ocasiones la risa nos ganaba la batalla y terminábamos riéndonos por lo bajo.

Sentía la mirada de desaprobación de Hashirama, pero daba igual, pase de estar tan sumido en mis pensamientos a estar totalmente distraído y por un momento feliz con su hermano.

—¿Quieres ir a hablar después de que termine esta tonteria— susurro mientras marcaba en el papel con una X —Ja, te gané de nuevo

—¡Diablos! — susurre mofandome. ¿Que clase  de juego era ese y porque siempre terminaba perdiendo? —Acepto, con la condición de que tu pagues — le dije chocando  su antebrazo con el mio.

—Yes, My Lord —susurró cerrando sus ojos y haciendo una mini reverencia,  a lo cual,  ambos reímos por lo bajo.

—¿A ustedes que demonios les pasa? —escuchamos decir, era la voz de Hashirama. —Toda la junta se la pasaron faltando al respeto, murmurando y no escuchando todo lo que les preguntábamos

—Aniya yo -

—¡Necesitaba su apoyo!

—¿Apoyo para que, Hashirama? ¿Para ver cómo destruyes tu vida solo por un acuerdo estupido de paz?

¿Que rayos le pasaba?¿Ahora se sentía con el poder de mandarnos?

—A todo esto ¿Desde cuando ustedes se llevan tan bien?

—¡Por un demonio, Hashirama! ¿DESDE CUANDO TE IMPORTA?

—¡NO ME IMPORTA POR TI, ME IMPORTA POR MI HERMANO!

Y no pude evitar sentirme mal.

—Sera mejor que me vaya, Hashirama —susurre bajando mi vista al suelo.

—Te has pasado, Aniya —escuche decir, sintiendo pronto su mano sobre mi hombro. —Todo estará bien —lo escuche susurrarme mientras caminábamos a la salida

—No se si el egoísta eres tu o yo —sentencie para después salir en compañía del albino.