Parte sin título 3

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En la mesa Lois terminaba de colocar los platos mientras Clark le daba los últimos toques a su famoso puré de papa. Su hijo les había avisado que llegaría con Damian en menos de cinco minutos así que se apresuraron por estar listo; aunque Lois lucía haber resuelto el rompecabezas su mirada no deja la duda de que estaba intrigada, Clark por su parte sentía un nudo en el estómago sin saber qué esperar.

El primero en entrar fue Damian quien tensaba la mandíbula y evitaba la mirada inquisitiva de la reportera, Jonathan atrás, no tenía mucho que decir y se limitaba con respuestas rápidas y sencillas; la cena tardó más de lo normal para disgusto de ambos padres que en mucho tiempo parecieron casi ni masticar los trozos de sus platos. Antes de que alguno de los dos atacará, los cubiertos repentinamente abandonados a ambos lados del plato de Damian, les comprimió un alarido.

─ Señora Lane, Clark.

─ Damian─ la voz de su esposa sono a su derecha y Clark seguía con puré en la boca decidiendo repentinamente que ya no estaba tan convencido de querer saber lo que se entrañaba.

Los ojos más intensos que antes y la voz de Damian desapareció. ¿Se había arrepentido de repente? Tan perdido en sus propios temores que poco noto que Jon gruñía por el repentino mutismo y que su mal temperamento parecía nuevamente llegar.

─ Damian y yo estamos en una relación.

El reportero bajo con lentitud su cubierto mientras la mujer se levantaba y corría rodeando la mesa para llegar donde Damian, quien tenía completamente colorada la cara, el cuello y las orejas.

─ ¡¿Es eso cierto?!─ gritó mientras abrazaba al niño Wayne─ que alegría me da por ustedes ¿cuanto tiempo?

─ Tres años y cuatro meses─ Damian tenía la garganta seca y áspera.

─ ¡¿QUÉ?!─ aquello no lo esperaba, había sospechado pero siempre había creído que eran apenas unos meses, no años─ ¿y por qué no nos habían dicho nada?

─ Pensamos que sería lo mejor─ Jonathan parecía seguir molesto─ éramos muy jóvenes y lo último que queríamos eran problemas.

Clark apenas y escucho las palabras de su esposa, entre nuevas reglas como "controlar sus horarios más minuciosamente" o que "Damian tendría a partir de ahora su propia habitación", procesó la información. Definitivamente no tenía aquella opción en su cartera de confesiones; miró nuevamente al frente y vio los naturalmente brillantes ojos de Damian observar, esperando lo que fuera que Clark tuviera que decir... ¿y que se suponía tenía que decir? al parecer Lois tenía una lista tremendamente bien planeada de las nuevas reglas en la casa.

Lois y Jonathan notaron la conexión visual entre los otros dos y fue como si ellos también estuvieran interesados en las palabras del padre. Clark se puso en pie, caminó hasta donde los chicos y sin decir realmente nada los abrazo, él mismo esperaba sus propias palabras pero no podía decirles a secas "me alegro mucho de que solo sea eso y no una prisión secreta donde experimentan con criminales" porque muy seguramente haría enfadar a ambos.

─ Bueno─ comenzó no muy seguro─ me alegro mucho que nos lo dijeran─ les permitió separarse para poder verlos─ creo entender porque no lo habían hecho antes y quiero que sepan que seguiremos queriendolos como antes─ Clark quiso darse una palmada en su propio hombro por lo bien que las palabras parecían llegarle, los chicos tenían un brillo de inmaculada felicidad. Incluso el enfado y la vergüenza habían desaparecido─ supongo ya le han informado a Bruce.

─ Lo haremos mañana a primera hora─ respondió más animado el chico maravilla, noto como sujetaba la mano de su hijo y continuo─ padre suele tener mejor humor a esa hora.

Nuevamente Lois llegó para abrazarlos, los arrastró a la sala donde comenzó con un interrogatoria francamente bochornoso y a decirles lo feliz e intrigada que estaba, al parecer queria saber donde, cuando y como se habían enamorado. Viendo a su familia (Damian claramente incluido desde hace mucho tiempo atrás) analizó que la idea de que fueran novios le agradaba, no se había sorprendido sino aliviado, y entonces comprendió que inconscientemente ya su mente los había asumido como algo más cercano que simples amigos, después de todo, con tus amigos no duermes abrazado como cuchara, ni miras embobado cuando entrena o corta la cosecha, a un amigo no lo besas detrás de la oreja cuando crees que nadie te observa ni se sientan en las piernas del otro para ver una película cuando se tiene tanto espacio como en una mansión... Lois miró hacia donde Clark los contemplaba, no, a un amigo no le sonríes como ese par lo hace...los labios sonrientes de su amada esposa se lo recordó, los amantes siempre tienen esa chispa única cuando lo hacen, creando galaxias ¿cuántos universos ya habían creado sus dos niños ahí sentados?

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La tranquilidad eterna solo podía existir en la muerte eterna.

La puerta de su pacifica casa casi siendo derribada, la visita inesperada que parecía más una amenaza, la cara iracunda de Bruce y las atropelladas explicaciones de Jonathan.

Clark se alivio solo un poco cuando pudo llegar justo a tiempo de que Bruce le echará manos encima a su hijo acorralado en una pared de la sala.

No hace mucho los tres Kent habían estado compartiendo una película ochentera de viernes por la noche.

─ Te lo advierto─ Bruce tenía aquella mirada cien por ciento Batman que no combinaba con el bonito traje sastre que el millonario llevaba, supuso que Jon estaba menos asustado por verlo como civil pero por el martilleo de su corazón y la falta de argumentos no estaba limpio del sentimiento─ no te acerques a Damian.

─ Señor Wayne...

─ Y tú─ Bruce interrumpió al chico y miró al padre─ ¿para qué demonios te sirven esos malditos supersentidos?

Lois maldijo algo y discutió un poco con Bruce antes de que este se diera la vuelta y se alejará pisoteando muy enfadado. Ni Jonathan ni él salieron del trance hasta la última parte de la pelea entre ambos humanos.

─ Si algo le pasa a mi hijo vendre por el tuyo Lane.

La frase había desequilibrado la ágil lengua de la reportera quien, sorprendida, no supo reaccionar hasta que Wayne subió en el jett donde había llegado.

─ AH SÍ?! PUES ATRÉVETE A TOCARLE UN SOLO CABELLO A MI HIJO Y YO...─ dejó su grito sin terminar al ver lo inútil que era, ya se había alejado en la oscuridad hacia Gótica─ ¿que mierda le pasa a ese lunático?

Azoto la puerta y giró sobre sus talones. Clark seguía parado donde había servido como muro para evitar que Batman se acercara a su hijo. Jonathan tenía la expresión de querer devolver las palomitas de la noche.

─ Jonathan, ¿algo más que decirnos?

Aquel nudo en el estómago que había abandonado a Clark apenas dos noches atrás -en la cena donde su hijo les dijo que salía con su mejor amigo- regreso sintiéndose el triple de grande, Jon parecía más pálido que la sal.

SÚPER SENTIDOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora