Siento que una cubeta de agua caliente fue derramada por todo mi cuerpo. La sangre hierve en mis adentros debido a la persona que tengo en frente de mí. Después de tantos años ha regresado, veo una sonrisa en su cara como si lo que me hizo no tiene importancia, que todo está en paz. ¿A caso habrá olvidado todo? Já, estoy completamente seguro que no y piensa que todo está bien.
Maldito.
─Ven, dame un abrazo ─dice pero yo en cambio retrocedo y fijo mis ojos con los suyos en una mirada afilada. Me cuesta controlar mi cuerpo.
Parece que se ha disgustado por mi reacción y baja los brazos.
─¿Qué pasa? ─arruga sus cejas ─. Pensé que te gustaría verme.
Y lo dice así como si nada.
Al momento de escuchar sus últimas palabras siento que por un segundo mi respiración se detiene debido a la rabia. Aprieto mis manos en puños, tanto que hasta me empieza a doler por la fuerza que los tengo. Mis dientes rechinan y mi ceño fruncido. Pensé que olvidaría totalmente su existencia pero me equivoqué, al parecer todavía me perjudica. Maldición, juraría que borré cada recuerdo de mi mente, pero al final soy un débil, iluso y estúpido inocente. Necesito gritarle en su cara todo lo que me ha hecho sentir, toda la tristeza, desanimo, depresión, todo... desde el momento que me...
─No tienes que seguir haciéndolo ─mamá implora que deje todo esto. Lágrimas cayendo por sus mejillas ─. Sabes que te perjudica, por favor hijo.
Como desearía poder hacerlo pero la triste realidad es que no debo. Es la única manera que tengo. Me duele verle llorar, siempre ha estado para mí, apoyándome y dando todo para que tenga una vida en paz pero lamentablemente no es así, las circunstancias giraron y ahora es mi deber asumir la situación y salir adelante. Siento como si una aguja atravesara mi corazón, sus ojos transmiten toda la preocupación.
─Madre, para por favor ─trago saliva. Murmuro mientras tomo sus manos ─. Sé que no es lo correcto pero no tengo otra opción. Juro que saldré adelante.
Beso sus nudillos. Inhala y exhala lentamente para calmarse. Odio tener que verla así. Débil, destrozada, triste, desanimada. Haré que todo vuelva a estar como antes.
─Prométeme algo ─dice y asiento ─. Siempre serás el muchacho bueno y noble que eres desde que naciste.
Sonrío para aliviarle, pero por dentro sé que no lo seré, con todo lo ocurrido entendí que para vivir primero tienes que sentir lo peor del mundo y después uno mismo sabe valorar lo más importante.
─Lo prometo ─me duele mentirle pero es lo mejor para ella. No quiero que tenga mucho estrés por mí ─. Sabes que soy así desde pequeño.
Acaricia mi mejilla y aguanta un sollozo.
─Perdóname ─una lágrima se le escapa.
Le doy un abrazo para reconfortarla. No debe darme sus lamentos, y tampoco me tiene que dar sus disculpas. Todo pasó porque fui un idiota.
─No tienes nada que perdonar ─susurro ─. Yo soy el que te tiene que pedir perdón por haber confiado en él.
─¿Es una broma? ─digo entre dientes y escudriño. Trato de controlarme y no explotar de ira ─. ¿A caso crees que olvidé lo que me hiciste?
Ahogo mis palabras.
Mi voz suena con una mezcla de emociones, dolor, ira y tristeza. Nunca me había sentido así. Es como si yo fuera la personificación del infierno. El fuego que me quema es parte de mí y su presencia aviva la llama.
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Pensamientos
Non-FictionLos sentimientos son tan fáciles de romper... por esa razón... yo no poseo ninguno ─Pensamientos. #11 Noficción 03/08/2021 TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS.