Volviendo a la vida.

Una extraña joven sin paraguas.

Un día más de monotonía, un día más de tener el alma sumergida en la oscuridad de la tristeza ¿será que sigo vivo? Tal vez soy un fantasma y no me he dado cuenta, mi madre no ha venido a visitarme, mi padre no me ha llamado que más da, de todos modos no quiero escucharlos.

He decidido salir de casa, he elegido un día lluvioso y es curioso, ya que la última vez que salí era un día tan soleado que podía sentir como los rayos del sol quemaban mi piel, cabe destacar que odio el sol, por ello cada vez que salgo y está esa gran estrella de fuego deslumbrando la ciudad me escondo bajo las sombras de los árboles.

Me compré un jugo de naranja en la tienda de siempre y caminé hacia el parque que aparentemente estaba vacío, una vez ahí me senté y miré el cielo gris, los árboles empapados con la lluvia, sus hojas goteaban y el suelo estaba lleno de barro. Por otro lado, noté la basura que había en algunos lugares del parque ¿la gente siempre ha sido tan sucia? No les basta con tener un alma sucia, también deben hacerlo físico, tirando la basura al suelo no se harán de menos basura, con hacer eso ya son una basura. Me levanté a recoger aquellos envoltorios de dulces, eso quería decir que probablemente fueron unos niños los que tiraron la basura allí que padres más irresponsables han de tener, pero si hay algo que odio, son las colillas de cigarros, son arrojadas por adultos, que encima se están matando lentamente, que pena.

Una vez que recogí la basura y las colillas de cigarro me volví a sentar en el lugar de siempre, yo tenía mi puesto en ese parque, siempre salgo una vez a la semana de mi casa y vengo a este parque, he elegido este lugar por dos razones, hay sombra en los días soleados y no suele venir mucha gente a este lugar, es como si fuera mío o al menos lo era antes de que esa persona llegara. ¿Quién será? A simple vista no se puede apreciar si es un hombre o una mujer, juzgaría que es una mujer por la delgadez de su cuerpo y su estatura, además sus manos lucen femeninas he estado debatiendo su sexo, pero ahora me he dado cuenta de que no tiene paraguas, eso provoca que el agua moje su ropa y por consecuencia probablemente tendrá gripe ¿Por qué saldría sin un paraguas? Se supone que todos deben usar uno en los días lluviosos.

La persona se levantó de su asiento y caminó hacia la zona de los tréboles, aparentemente le pesa el abrigo que lleva, casi perdió el equilibrio. ¿Qué hace? Creo que busca algo entre los tréboles, me da curiosidad y quiero acercarme, pero no me atrevo.

Pasan algunos minutos y la persona se da por vencida, se baja la bufanda y mira hacia el cielo nublado, las gotas caen por su femenino rostro, es una chica. La joven baja su mirada al suelo y por un breve instante mira hacia mi posición, quito la mirada de ella y la dirijo hacia el árbol más cercano, no me doy cuenta cuando ella ya esta a mi lado sentada, no me dice nada, sin embargo, eso fue un hola para mí.

Me acomodo en mi asiento y recuerdo que en una película una vez un joven para ser caballeroso entrega su paraguas a una chica, creo que en esta situación es necesario que haga uso de mi caballerosidad y le conceda mi paraguas. Respiré hondo, tomé su mano y ella dirigió su mirada a mí, definitivamente tiene unos ojos azules muy lindos, me recuerdan a un día despejado, al mar que nunca he visitado, su piel pálida y labios rojos hacen una combinación exquisita, digna de admirar. Le pasé el paraguas y ella me quedó viendo con inquietud, sin embargo, me sonrió y fue una sonrisa verdadera, ese fue un perfecto gracias para mí.

De camino a casa pase a tirar el envase de mi jugo de naranja a un basurero y una vez llegue a mi destino, me saqué la ropa mojada y entonces me puse a pensar en aquella joven ¿será que aun sigue en ese parque? ¿Qué buscaba en los tréboles? ¿Por qué no llevaba paraguas? Tenía muchas preguntas, sin embargo, probablemente nunca se resolverían ya que es difícil que la vuelva a ver la próxima semana.