Nighttime Podcast

ｓｉｘ

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Caminaba por su cuarto, nervioso.

Solo escuchaba el ruido de sus zapatos, y eso lo irritaba.

Prendió la radio a bajo volumen. Odiaba el silencio, lo desconcentraba tanto como antes lo hacía el ruido.

Ignoraba la razón, aunque sabía que en realidad no quería admitirla.

Ángel estaba mejor. Hacía chistes, llegaba temprano a las grabaciones, le hablaba feliz. Su humor había mejorado, y eso mejoraba el humor de Alastor.

Se sentó en la punta de la cama, pensando.

Había perdido toda su inspiración. Escribía el guión del podcast la noche anterior, olvidaba entrenar su voz, ni siquiera recordaba la cara de su última víctima.

Y solo había alguien que pudiera ayudarlo. Pero no lo llamaría.

Había batallado con eso toda la mañana, un poco más no le haría daño.

Pero su estómago se quejaba y sus ojos se cerraban solos. Estaba seguro de que, aún así aunque lo llamara, su voz no saldría.

Pero todas esas veces en las que Lucifer lo llamó a él por ayuda. Se las debía.

Suspiró y se paró, caminando hacia el teléfono. Discó y esperó, deseando que su amigo no atendiera.

—¿Hola?— Respondió una voz femenina.

—¡Lilith! Tanto tiempo— Se alivió, y la mujer rió al reconocer la voz.

Al menos tendría un poco más de tiempo.

—Así es, querido, tenemos que volver a cenar los tres.

—Hablando de eso, ¿está Luci en casa?

—Sí, ya le doy el teléfono.

El castaño agradeció y esperó que su voz no temblara. Mantuvo su postura hasta escuchar esa voz familiar.

—¡Al! —saludó, casi pudiendo escuchar su sonrisa— ¿Qué te trae a mi número?

—Lucifer, hola, llamaba por algo importante.

—Supuse.

—Es Angel Dust.

—Ah, sí, tu enemigo.

—Ese es el tema —respiró, pensando sus palabras—, no es tan así.

—¿Oh? Cuéntame más.

Alastor estuvo a punto de cortar la llamada, era demasiado orgulloso para esto.

Pero no podía. Su cuerpo lo asesinaría a él mismo.

—Creo que lo considero un amigo— Murmuró.

Hubo segundos de silencio.

Y luego, risas estridentes.