Corto #OO9.

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Nervios le carcomen el cuerpo a fuego vivo, lento y tortuoso, tal como la gota de saliva que se apodera de su garganta que demora en transitar debido al fuerte nudo que ascendía con mayor tamaño. La tensión que se había provocado entre ambos era intensa, cansadora. Cuerpo y alma desconectados por un mísero error que los ha separado momentáneamente. Extrañaban la escencia de cada uno y sentían la desgarradora ganas de sostenerse entre brazos y caricias, quererse tanto. Quema, duele.

— ¿Dónde irás? — no pudo evitar preguntarle al verle arreglarse con tanta devoción. Temía estar pensando lo peor, no. Spencer no era uno de esos, él no es así, ni menos porque ahora estaba ligeramente molesto con él.

— Iré a un curso de cámara. — responde simplemente, pasando a un lado de él, evitando cualquier contacto visual o físico con Billy, porque si lo veía caería nuevamente en los brazos de él como un ser totalmente blando, muy blando.

El fantasma asintió con lentitud, implorando desgarradoramente por una mirada suya o por algún contacto. Lo extrañaba tanto que no podía ver el momento en el que lo tenía nuevamente entre sus brazos, abrazándose a su cuerpo de carne como un vil parásito para vivir. Pronto recuerda que hace unos días había logrado conseguir los ansiados boletos de una película de horror que Spencer ha querido ver desde que observó el Tráiler, desde entonces, no ha parado de insistirle a que vayan juntos y observarla.

— Oh, tengo... — pronunció apenas, casi balbuceando por la ansiedad que le producía hablarle y además por la mirada fija que le había proporcionado. Aclara su garganta con disimulo para volver a otorgar la palabra. — Tengo dos entradas para la película que querías ver, y... Se estrena hoy en la noche, ¿quieres ir conmigo?

— Saldré a ver objetos para mi cámara, lo siento. — mentía, púes aunque se moría de ganas por pasar tiempo con Billy y mejorar la tensión que se había iniciado en ellos producto de una discusión, un pequeño y diminuto remordimiento le comía por completo, negándose a cualquier situación. — Pero puedes ir con Rajeev o Shanilla, ellos también ansiaban ver la película.

— Yo quiero ir contigo, no es lo mismo sin ti, Spency. — las palabras fueron dichas en un aire de desespero total al ver al castaño darle la espalda para caminar a la salida, listo para abandonar la conversación con el fin de quitarse de encima aquello que nada más lo hacía verse muy dócil, pues le dolía y estaba en condiciones de decir sí en seguida.

— Lo siento, de verdad no puedo. Debo irme ya, no me distraigas.

Le dolía tanto decirle aquello al cantante como también el recibirlas. El ente le proporciona una mirada vaga, triste y adormilada al recibir ello con tanta dureza, por lo que decide dejarle, rendirse ante el constante rechazo que se le era proporcionado. Le ve alejarse a pasos lentos, le ve llegar hasta el ascensor que tenía como puerta para detenerse, quizá esperando que el mismo fantasma tomara represalias de la situación con el fin de no dejarle ir, más no lo hizo. Dejó que emprenda camino adolorido, muy adolorido.

Cobra siente impotencia al no poder sacar la suficiente valentía para decirle que se quedase con él, pero sólo le observa irse con tensión cargada en su anatomía. Le dejó en el mejor momento donde podían, probablemente, arreglar sus indiferencias. Más no lo soporta, siente una terrible presión en el pecho y una tristeza arrasante que le carcomía a paso lento pero seguro. Deja ir el deprimente recuerdo, pero no puede soportarlo más, no puede tolerar que se ha rendido...

Cuando vuelve verle entrar nuevamente en la habitación su rostro se ilumina tanto, pero se niega ante una posibilidad tan buena como esa. — Solo se me olvidó la cámara.

Su rostro se apaga, cuál ampolleta. Le molesta el hecho que el castaño no quiera tomar la iniciativa y que pareciera que estuviera muriendo por dentro, que en su rostro hubieran ojos acuosos esperando que el ente comenzará. Spencer no es así. Por el mismo motivo fue que vuela hasta él, donde parece que el camino se hace cada vez más largo, pero tan pronto como puede se aferra al cuerpo contrario para aferrarse tanto como se le posible, sintiendo por fin el aroma del chico.

— Te he extrañado tanto, no quiero dejarte ir, por favor no me dejes. — mientras las palabras salían de sus labios, con mayor fuerza iba aferrándose a la cintura y cuerpo del joven, absteniéndose a la idea de dejarle ir.

Spencer no habla, porque siente que en cualquier momento podría acumularse un pequeño y detestable nudo en su garganta, pero es suficiente cuando devuelve el abrazo con tanto anhelo.

— Perdóname, cariño.

El castaño aspira aire para dejarse caer en los brazos de Billy, y viceversa.

.   .   .

quise hacer un poco de drama.

〔día: O2 | O2 | 2O.
palabras: 82O.
publicado: O5 | O2 | 2O.



 

  

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