Suave Estigma [BTS]

Parte 6

Cr. img: A quien corresponda

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¡Boom!

SeokJin percibió el cimbrar de la casa, el sonido inconfundible de una explosión...

Con el corazón acelerado, dejó los papeles que había estado revisando y se levantó de la silla para salir corriendo de su habitación. Ya en el pasillo un frío sin igual lo azotó. Su piel se erizó, sintió sus pulmones contraerse y su garganta cerrarse, sus ojos miraron con sorpresa que al fondo, justo en el ala donde YoonGi se encontraba, estaba el ángel que juraba había dejado en el sótano. Sus alas ya no eran blancas ni grises, eran negras; algo que nunca había visto. El ángel tenía tomado de los cabellos a Un, quien estaba sangrando de su rostro. Jin sintió un grito preocupado resonar en su cabeza al ver que donde se supone debía estar la puerta, había un enorme agujero de madera chamuscada. Su corazón se aceleró y supo que debía correr hacia allí para detener a Quatre.

—Puedo percibir tu miedo... —habló el ángel de aspecto tétrico, imponente e intimidante. Sus ojos ahora azules cual llama ardiente se posaron en Jin con ferocidad atemorizante. El agarre en JiMin se volvió fuerte arrancando un quejido de la garganta del ángel caído. Con su mano libre dio un golpe certero en la mejilla chamuscada y soltó sus cabellos sin miramientos, ignorando el cuerpo casi inerte del otro. TaeHyung sabía que no moriría, no cuando el amo aún estaba con vida. Con parsimonia dio pasos firmes en dirección a SeokJin, notando cómo este se tensaba—. Sé que quieres saber del humano que había en esa habitación... Le hice un favor.

Aquella confesión heló a SeokJin quien sintió un nudo en su estómago y cómo sus fuerzas iban drenándose con rapidez.

Pronto una mano gélida lo tomó de su cuello, apretando con fuerza, bloqueando la entrada de oxígeno y provocando que Jin se removiera e intentara inútilmente zafarse. Con ojos llorosos, Jin miró a Un tendido en el suelo, sabiendo que seguía con vida. Con esfuerzo colocó su diestra en el antebrazo de quien lo estaba estrangulando y con su zurda trató de tomar el crucifijo que había sido el medio para que tanto él como JiMin formaran un lazo, uno donde el entonces ángel le serviría por la eternidad (de ser necesario). Fue a través de ese mismo lazo que, cuando arrancó sus alas, Jin quedó maldito junto con su mansión. Con los años la maldición se volvió cada vez más y más fuerte, debido al odio que JiMin le guardaba. Pero eso no le importó...

—...Pah...para...parathe —articuló con dificultad Jin sosteniendo el final del crucifijo.

TaeHyung sospechó que algo estaba haciendo el amo, por lo que con furia lo lanzó hacia la pared más cercana. Justo cuando iba a encaminarse hacia él, percibió el aura de JiMin quien se había puesto de pie y se había lanzado a sus espaldas, rasguñando parte de sus alas. TaeHyung enfureció, giró con brusquedad, sacudiéndose el peso extra y con su diestra tomó del brazo maltratado y quemado del otro para lanzarlo con fuerza al otro lado del pasillo, escuchando un hueso crujir y un grito de dolor. Con rapidez llegó donde se encontraba JiMin y con su mano extendida emitió el mismo líquido negro que salió disparado como finas dagas, perforando el torso ajeno, escuchando la carne abrirse en un sonido amortiguado.

—Pero qué...

Al escuchar una nueva voz y percibir una nueva presencia, TaeHyung se giró lentamente, notando que había un demonio joven al final del pasillo. TaeHyung ladeó un poco la cabeza, estudiando al otro. JungKook se quedó congelado en su lugar al ser escudriñado por el que se suponía era el cuarto ser mágico capturado. Cuando sus ojos vieron a un malherido y casi muerto JiMin, sus piernas temblaron ligeramente y el aire escapó de sus pulmones. Con un paso tambaleante hacia atrás, terminó cayendo al suelo sin saber qué hacer. Esa aura asesina, llena de odio, ardiente y gélida a la par, era demasiado para que pudiera soportarla.