Capítulo 5.

1.3K 99 18
                                    

Capítulo 5.

Sky.

12:00am.

12:001am.

No me había percatado de que los minutos pasaban tan jodidamente lentos.

Mis párpados comenzaron a pesar y me dejé caer en el sueño.

Abrí los ojos de nuevo. Mire la hora en mi teléfono.

12:31am.

Solo me había quedado dormida media hora. Una maldita media hora.

Rodé en la cama de un lado a otro hasta que me senté y masajeé mis sienes, a ver si mi dolor de cabeza se aligeraba un poco. También sentía que estaba a punto de vomitar.

Y no. No estaba embarazada. Estaba tomando la píldora como si mi vida dependiera de eso porque, literalmente, dependía de eso. Necesitaba de toda mi concentración y de una alarma en mi teléfono para no olvidar ninguna.

Por otro lado, no podía dejar de sentirme culpable por lo que le había dicho a Liam pero, Dios sabe, Dios es testigo de lo mucho que necesitaba decírselo. Se supone que las relaciones deben estar construidas en una base de confianza y comunicación (estrictas palabras de Dina).

Realmente trataba de entenderlo. De verdad que como la mierda trataba de entenderlo. Pero, si existe un maldito horario, ¿por qué esa maldita no se apega a él?

Creo que voy a vomitar.

Corrí hacia el baño y me provoqué arcadas, hasta que expulsé toda la cena. Tal vez no debí haberme comido dos hamburguesas doble carne.

Me levanté del piso, lave mi boca y mi cara también, y mientras estaba en eso, escuché que tocaban mi ventana. Por un momento me puse alerta, tratando de procesar el sonido, hasta que los golpes sé repitieron y fue cuando corrí a abrirla.

Liam estaba de pie en su ventana, solo con el bóxer azul de Batman que le regalé en nuestro primer aniversario para que combinara con mis bragas de Batman.

Ese día parecía un niño con juguete nuevo.

-Te escuché teniendo arcadas -se explicó, seguramente porque mi rostro se lo pedía-. Estaba preocupado. ¿Te sientes bien? Puedo buscarte algo.

-Estoy bien -sonreí un poco. La verdad era que ya me sentía bien y sin náuseas.

-¿Estás segura? -Cuestionó. Yo rodé los ojos.

-Sí, Liam - asentí. Pude percatarme de que no parecía para nada adormilado. Tenía los ojos muy, muy abiertos. ¿Acaso no había pegado un ojo?

La verdad es que no me parecería extraño. Casi todos los días veíamos netflix, teníamos sexo y luego dormíamos juntos. No era una rutina, pero hacíamos eso con frecuencia.

-Estabas despierto -resalté. El asintió.

-La culpa no me dejaba dormir -sinceró, mientras se rascaba la cabeza-. Y estaba pensando.

-¿En qué? -Cuestioné, enarcando una ceja. El rió sin muchas ganas.

-En ti. Tú eres la única que me quita el sueño

Maldito.

Lo odiaba por ser tan lindo.

-No quiero pelear con mi mocosa y tampoco quiero dejar mi trabajo, de no ser necesario, así que, por lo qué más quieras, ven a dormir conmigo -rogó, mientras extendía su mano hacia mí.

Él ganó.

Siempre ganaba.

Y me gusta que gane.

Criando a mi novia 2.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora