CONOCIÉNDOLAS

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Un avión de clase comercial, hacia su arribo a la ciudad de Tomoeda, proveniente de Hong Hong. Empezaba a descender de el, un joven de cabello color chocolate revuelto y unos ojos ámbares, que solo con mirarlos, derretían a cualquiera, una presencia imponente como el futuro heredero de la familia Li.

Shaoran Li, joven de 22 años recién egresado de la carrera de Ingeniera Civil, esta buscando la oportunidad para ser un gran ingeniero de su rama, por medio de sus logros y no por el peso de lo que es su apellido.

En su país natal, ser un Li le abría las puertas a muchas empresas, incluidas las de su familia, pero el como todo un joven que aprendió a valerse por si solo desde niño, rechazo todas las ofertas.

Su madre al principio no aceptaba que su hijo quiera ganar experiencia sin ser el centro de atención, gracias a su apellido. Lo persuadió por todos los medios para que acepte la vacante en la empresa de su familia, como todo el futuro heredero que es, al final la tenacidad y las ganas de salir adelante por su cuenta, hicieron que su madre se rinda, haciéndole prometer que si le va mal, regrese a casa que su puesto siempre estará esperándolo.

Ya estaba en la entrada del aeropuerto, esperando un taxi para llevarlo a su destino, la empresa a la cual entra a trabajar, a pesar de ser una empresa joven aun, le brinda una casa y todas las comodidades que el joven podría desear, es que con solo su perfil laboral y el apellido que se maneja, hicieron que en esta constructora lo contrataran a ojos cerrados.

Salio de la universidad con el mejor promedio de todos, el primer lugar en toda la facultad de su carrera, algo que para muchos es un gran éxito y suerte, pero para el, es solo estudiar, echarle ganas y lo mejor, que te encante la carrera que eliges.

Iba en el taxi, con destino al lugar que seria su nuevo hogar, mientras veía todo el paisaje por las ventanas, una llamada lo saco de sus pensamientos.

_Habla Li.

_Li ya llegaste?

_Shouji? que gusto, si ya estoy en camino a la que sera mi nueva casa.

_Que bueno, como hoy es domingo que te parece si paso por ti y salimos a que conozcas la ciudad.

_Me parece perfecto, pasas por mi en dos horas.

_De acuerdo, ahí te veo.

Después de cortar la llamada, empezó a recordar el como fue que llego a donde se encuentra ahora.

Su amigo ingles, Eriol Hiraguizawa lo recomendó con Shouji Ikeda, el dueño y gerente de la constructora donde el ambarino trabajara. Cuando le llegaron los papeles del ambarino al joven Ikeda, se soprendio mucho, es un talento increíble y sobre todo con un futuro brillante, con esas ideas y el promedio que tenia en sus hojas de vida, no dudo en darle una oportunidad en su empresa, no solo lo beneficiara a el, habrá ganancia para todos y la empresa en un par de años tendrá expansión en muchos lugares de Japón para empezar y talves expandirse en varios países del mundo.

El taxi paraba en el destino que el castaño le había pedido, al bajar vio una bella casa, pequeña como a el le gusta y para una persona sola, un jardín muy bello, al empezar a ingresar unas pequeñas escaleras le daban la bienvenida, en la puerta al abrir con las llaves, se quedo asombrado y maravillado con lo que veía adentro, una sala comedor, todo bien amoblado, al seguir caminando, ya su maleta estaba en el piso, corrió las ventanas y observo que cerca había una cancha de fútbol y de basquet, sus deportes favoritos ya tenia la idea de en las noches irse a relajar con eso, al seguir caminando se direcciono a su habitación, también estaba amoblada, una cama amplia con frazadas de color verde esmeralda, una ventana, una mesa de centro con una lampara, un televisor, un closet justo para poder guardar todos sus conjuntos de ropa, el baño estaba a un costado, al salir se topo con otro cuarto, era mas pequeño pero también amoblado,.

𝙇𝙡𝙚𝙜𝙖𝙧𝙩𝙚 𝙖𝙡 𝘾𝙤𝙧𝙖𝙯𝙤𝙣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora