Capítulo 1

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Mi nombre es Lee Taeyong, vengo de una pequeña familia; de una pequeña ciudad. Nací extremadamente débil y más pequeño que los bebés regulares. Tomó mucho el que naciera, más de lo esperado, tomó una vida, la de mi madre. Desde entonces sólo hemos sido mi padre y yo, él es un buen hombre, él nunca se recuperó de la muerte de mi madre; pero aún así me crió con todo el amor que pudo.

En un principio mi infancia se basó en el campo, vacas, bicicletas, mucho viento y una escuela muy pobre, esos fueron siempre mis días. No fue hasta los cinco años que mi vida empezó a hacer emocionante. Un nuevo niño llegó. Mi personalidad a esa edad ya tenía forma: muy callado, muy resrvo y muy tímido. El niño nuevo por el contrario, era muy risueño y muy energético, le tomó cuestión de minutos tener a toda la clase hablándo de él y queriendo acapararlo para jugar, incluso la maestra le daba estrellitas demás. Su nombre era Johnny. Un niño con una sonrisa encantadora y pelo desaliñado.

No fue hasta meses de su llegada que comenzó a hablarme. Lo cual fue una sorpresa para mi porque nunca se fijó en mi, yo en él si, lo admiraba, siempre feliz y confiado, y yo, todo lo opuesto. Siempre quice jugar con él, pero las niñas y niños siempre estaban detrás de él y abarcandolo para jugar y cuando por fin lo encontraba solo, no me atrevía a acercarme. Johnny era muy lindo realmente, pero a esta edad y ya me daba miedo el rechazo social, con ni siquiera intentarlo y ya creía que Johnny me rechazaría.

Pero con suerte tengo a mi papá. El siempre juega conmigo, la mayor parte del tiempo está trabajando, somos únicamente dos pero aún así es mucho quehacer. El tuvo que ejercer como si fuera ambos padres, cocinar, limpiar, lavar, tender camas, etc. jamás se le ha dado, pero tuvo que aprender a hacerlo ahora, no era bueno en ello pero yo lo ayudaba y juntos, las cosas más o meno salían, si claro, desayuno quemado y toda la ropa blanca ahora de color, pero nos las manejabamos. La mayoría de las veces que jugabamos era a los superhéroes o baseball. Nos poníamos calzoncillos en la cabeza y una manta como capa, amaba esos momentos felices con mi padre, pero lo que me gustaba más, era cuando ibamos en bicicleta, él me enseño, tropiezos, raspones y dolores de cabeza fue lo único que quedó despues de enseñarme las primeras veces, ahora lo puedo hacer sin su ayuda, aunque aún necesito de las rueditas a los lados, pero gracias a este logro, fue como Johnny se acercó a mi por primera vez.

—¡Esa es la bici más cool que he visto! —mi papá y yo paramos un momento a mirar a Johnny que estaba parado en la esquina de la calle viéndonos jugar— he visto bicicletas en todos lados, pero ninguna es tan cool como la que tienes. —Supuse que Johnny me hablaba pero no podía procesarlo, mire a mi papá sin ninguna idea de lo que pasaba y esperando a que él contestara—.

—¿Oh si? Gracias, yo se la compre tiempo atrás, pero es solo una bicicleta  común y corriente-

—No, claro que no señor...?

—Lee, soy el señor Lee y tú debes ser amigo de Tae no?

—¿Tae?— Johnny preguntó dandome a entender que no sabia mi nombre, es decir, ni siquiera sabia de mi existencia, hemos sido compañeros del mismo salón ya por varios meses, aunque sabía que Johnny no me hablaba pensé que por lo menos sabria que existo como un alumno más de clase, pero su cara y respuesta me decían otra cosa. Dolió al ser sinceros, pero mi papá rápido arregló las cosas. Él era el único que habló con Johnny todo este rato, preguntandole de donde venía, hace cuanto que se mudó, que me hablará en clases (un momento muy vergonzoso para mi, pues prácticamente mi papá le estaba pidiendo de favor que fuera mi amigo ) y cuando gustara podría venir a la bicicleta con nosotros. En el momento que mi papá pronunció esas palabras, la cara de Johnny, se iluminó, por primera vez viendo esa parte de él, por primera vez que me ha gustado una persona, sin tan siquiera hubiera sabido el significado de lo que es gustar a esa edad. Johnny estaba emocionado por esa idea, incluso abrazo a mi papá que incomodamente lo aceptó, (ni siquiera a mi me deja que lo abrace seguido), y también se despidió de mi, por fin dirigiendome la palabra como se debe, contacto directo y su mano en mi hombro—.

—Te veo en clase Tae, ¡recuerda saldremos a jugar en la bicicleta no puedes retractarte ahora, tu padre lo propuso el mismo!.— Simplemente vi como se iba corriendo mientras me gritaba emocionado. Mi cara estaba roja y ardía en las mejillas y mi corazón latía muy rápido, no podía creer que Johnny tocó mi hombro y dijo que me hablaría. Internamente escuchaba un gritito en mi cabeza y mis ganas de saltar no fueron contenidas, salte directo a los brazos de mi padre y escondi mi cara de la verguenza. Mi padre estaba confundido pero supongo un poco feliz, el como que me hizo mi primer amigo en mi vida. Esa noche, no podía dormir, pataleaba las cobijas y soniditos raros salían de mi boca, aunque trate de callarlos para no despertar a mi padre, a decir verdad no pasó mucho esa tarde, solo el hecho de que por primera vez expiremente un poco lo que los adultos llaman "atracción".

Después me enteré de que la razón por la que Johnny tomó mucho entusiasmo y ánimos esa tarde conmigo y mi padre fue por que él no tenía bici, siempre ha querido una y su padre prometió comprarsela pero murió poco después, apesar de ser muy pequeño lo recuerda y tiene sentimientos encontrados respecto a este tema,por eso me dirigió la palabra, por la bici, por lo que representa para él, Johnny solo tiene a su madre, una familia de dos como la mía, la diferencia es que él es tan "Johnny" y yo, pues ni siquiera sé cómo es un "Taeyong". Todo esto lo aprendí con el tiempo, el tiempo de ser amigos con Johnny, después de ese tarde, al llegar a la escuela, Johnny me recibió con un choque de manos y una invitación a sentarme con él, el pequeño colapso mental que tuve en ese momento no se comparó con el resto de las emociones complejas que me hizo sentir Johnny, todo el día estuvo pegado a mi, los niños en el salón estaban confundidos del porque me empezó a hablarme, celos, en ese momento no sabía que mis compañeros lo sentian hasta ahora. Y desde ese día Johnny y yo hemos sido inseparables, bueno, no del todo inseparables, porque la vida es así, yo me fui antes que él, me hubiera gustado que las palabras "amigos para siempre" fuera de hecho para siempre, mi tiempo con Johnny fue muy corto, no lo sentí para siempre, solo lo sentí como un momento; pues morí a los 18 años, no fue el tiempo suficiente a un lado de Johnny, a decir verdad, aún más tiempo después nunca habría sido suficiente con Johnny.

AthazagoraphobiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora