Rosemary for memory [Geraskier] [TRADUCCIÓN]

I.

La historia original está escrita por Kaiyo_no_Hime, yo solo soy la traductora.

Si decidís empezar la lectura, por doloroso que sea, os aseguro que no os arrepentiréis.

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Jaskier se sentó en la pequeña casa a las afueras de la ciudad, con el rostro cansado y demacrado, y se relajó con el olor a hierbas que colgaba del techo. El fuego era demasiado cálido para mediados de primavera, pero de todas formas se encontró intentando no dormirse en la dura silla. Sus ojos centelleaban al mirar las llamas danzantes.

La anciana mujer tocó su hombro y le colocó una taza de té en sus manos con una sonrisa triste, y Jaskier la aceptó con agradecimiento. Hizo una mueca al beber un sorbo de la amarga infusión, pero continuó bebiéndola. Era por lo que estaba aquí después de todo, por medicina.

"No es una cura" Dijo la curandera, dejándose caer suavemente sobre otra silla desvencijada. "Pero debería ayudar, por un tiempo"

"Cuánto tiempo," Preguntó Jaskier, tosiendo en su mano después de vaciar la taza. "No es tan grave todavía, no realmente. ¿Un par de décadas?"

Sabía que no tenía un par de décadas. Nadie que sufriera de la "enfermedad cortesana" había tenido nunca un par de décadas. Al menos, no en ningún cuento que él hubiera escuchado. Esperaba que un par de años. Un par de años más para viajar por la tierra, cantando alabanzas sobre el grandioso lobo blanco y sus épicas hazañas. Un par de años más para recordar, y quizá para encontrar una forma de ayudar de cualquier forma que pudiera. No que pudiera, Geralt lo dejó bien claro.

"Un año, quizá" La vieja curandera suspiró "quizá dos o tres. Los tés ayudarán. Pero descansar te ayudará más. "

"Eso no está en mis planes" Suspiró Jaskier, devolviéndole la taza "Mis pies nunca lo soportarían"

Ella continuaba con la mano extendida, y Jaskier suspiró y le dio los dos pétalos que había tosido antes. No tenía dinero para las hierbas que relentizarían la enfermedad, pero la vieja curandera había accedido felizmente a subministrárselas a cambio de los pétalos. Había poder en ellos, un raro poder, y era más valioso para ella que las coronas.

Por mucho que odiara desprenderse de cualquier cosa que tuviera que ver con Geralt, necesitaba el té. Lo necesitaría para ser capaz de cantar, de caminar, de respirar. Un par de pétalos serían echados en falta del pequeño bolsillo en el que había estado colecionándolos. Tendría que dejar una nota para ser enterrado con ellos cuando finalmente sucumbiera.

"Oscuro como la sangre, verdadero como la sangre" La vieja curandera suspiró "Tu amor es puro e inmaculado. Si te confesaras, si correspondieran tus sentimientos, aún hay tiempo para que un beso cure."

Jaskier resopló. Había crecido escuchando cuentos de la enfermedad cortesana y de como era siempre cierta, y siempre curada con una confesión y un beso. Pero él había estado viviendo el suficiente tiempo para saber que eso era una enorme sandez. No, no había confesión y beso para salvarle a él.

Su lobo blanco estaba solo en este mundo. Y le gustaba estar de esa forma. No, para Jaskier solo quedaban sus recuerdos y sus canciones y el anhelo atorado en su garganta que robaba su aliento y que lo mataría al final.

"¿Cuanto durará el té? " Preguntó Jaskier.

"Una taza por la mañana debería servirte por ahora. Pero cuando empeore bebe con todas las comidas. Te he embalado las suficientes para un par de meses, pero cualquier curandero debería conocer la mezcla si se te agota."

"Gracias" Dijo Jaskier en voz baja "Haré que te recuerden con una canción."

La mujer mayor resopló y se despidió del bardo con un movimiento de mano. Jaskier miró el paquete envuelto en tela en sus brazos y suspiró. Podría escribir su propia endecha. Una preciosa balada sobre un amor que nunca podría ser, y esperar a que un día alcanzara a los oídos de Geralt.