Capítulo 11

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Las alarmas no dejaban de sonar y los altavoces no dejaban de emitir información sobre su posible paradero. Ya habían pasado al rededor unos 30 minutos desde que escapó y cruzó al ala 12 y aún así no habían logrado atraparlo.

-Eso fue más fácil de lo que creí -dijo mientras caminaba con mucha cautela por aquel largo pasillo. Esquivando de ves en cuando algunas cámaras de seguridad que se encontraban en el área.

Camino de esa manera por un par de segundos hasta que escuchó voces que iban en su dirección. Busco una manera rápida de esconderse y cuando lo consiguió, pudo observar como dos personas hablaban entre ellos mientras lo buscabian.

-¿Alguna idea de dónde empezar a buscar? -le preguntó a su contrario sin dejar de mirar a sus alrededores.

-No -contestó algo preocupado-. ¿Tendremos qué pasar por esto cuando seamos guardias?

-Supongo -miró a los otros pasillos del ala-. Pero dejemos eso de lado, si queremos ser más que aspirantes a guardias debemos concentrarnos en encontrar al recluso. Recuerda que fue una orden directa de la supervisora del ala.

-Tienes razón. Buscaremos primero en la sala de visitas. Notificaré a los otros aspirantes para que revisen el resto del área.

Una vez se alejaron del lugar bajó de los ductos de ventilación.

-Necesito llegar a la oficina del supervisor. De lo contrario no podré seguir avanzando.

Antes de empezar a caminar nuevamente, escuchó una voz gritar a todo pulmón "Ahí está" para luego ver a dos aspirantes a guardia correr hacia él.

-Ya se estaban tardando -sonrió de manera burlesca-. Parece que tendré algo de diversión antes de seguir.

[...]

-Entiendo... Pero mi Señora yo puedo controlar está situación si me da la... Claro mi Señora... No voy a desobedecer sus órdenes... Supervisor del ala 12 fuera.

-¿Sucedió algo malo? -preguntó un lobo al dirigirse hacia ella-. Te vez algo tensa.

Ante la pregunta de su supervisor adjunto soltó un suspiro y luego contesto con molestia:

-La Señora enviará al supervisor del ala 11 a capturar al recluso prófugo - desvío la mirada puesto que sabía que su supervisor adjunto no estaría de acuerdo con la desición de su alto mando y no tenía demasiada paciencia para lidiar con un berrinche por parte de su compañero de trabajo.

-¿Acaso piensa que no podremos hacernos cargo? ¿Tan ineptos nos considera para dejarle la tarea a alguien más? ¿Por qué no le dijiste que nos haríamos cargo nosotros? ¿Por qué-

-¿Crees que no lo hice? -interrumpió bruscamente-. ¿Acaso no piensas que estoy en desacuerdo con esa decisión?. A mí, más que a nadie no le ha gustado la idea de que otro supervisor atrapará a un recluso en mi ala. Y menos me ha gustado saber cuál es el supervisor que hará ese trabajo. Así que Zek, cierra tú maldita boca.

Justo en el momento en el que iba a responderle a su superior se escucharon aplausos provenir del pasillo que estaba justo enfrente de ellos haciendo que ambos prestarán atención a la persona que provocó los aplausos.

-Vaya vaya vaya -dejó de aplaudir-. Menuda escenita que estaban haciendo los dos. Veo que la idea de nuestra Señora no les ha gustado para nada.

-¿Nuestra? -preguntó viéndola con desagrado-. ¿Desde cuándo es nuestra señora?

-Desde que me dio tareas interesantes de realizar. Como por ejemplo está. Atrapar al recluso 18 en ala. -sonrió divertida al ver la clara expresión de enojo de su contraría.

Prisión Sonamy  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora