Capítulo 14

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Ese comentario hizo que el rostro de la rosada tomara un color carmesí intenso, teniendo que desviar la mirada del cobalto avergonzada.

-¿Sabes mi rosa? Yo espero poder repetir aquel beso. Puede que tu no me hayas arrancado la lengua como mencionaste, pero yo espero, quiero, poder tener tu lengua danzando junto a la mía.

Ella no sabía cómo reaccionar ante las palabras del azulado, sentía vergüenza, pero a la vez era un sentimiento nuevo que no lograba identificar muy bien.

-Sueña -dijo mientras le daba la espalda- porque no se volverá a repetir.

-¿Estas segura de eso? Porque si es así, yo me voy a encargar personalmente de que eso ocurra.

Antes de que ella pudiera contestar, el sonido de la puerta se hizo presente, poniendo a la peli rosa en alerta.

-Bien, esa es la señal de salida -dijo para regresar por donde había llegado pero antes de hacerlo habló-. Si sales con vida de esta, te esperamos para almorzar -sonrió burlona.

Ante aquel comentario simplemente pudo devolver la sonrisa y ver como la peli rosa desaparecía de su vista.

Los pasos no tardaron en hacerse presente cada vez más cerca de la celda mohosa en la que se encontraba.

-Me extrañabas -dijo para posicionarse cerca de los barrotes.

-¿Extrañarte, yo? Puff, por favor no me hagas reír -se alejó de los barrotes para regresar al lugar en el que había despertado-. Solo estando muy desequilibrado, cosa que no estoy, te extrañaría.

-Oh, claro, no es a mi a quien extrañabas, es a mi copia ¿Verdad?

-Y ¿Qué si así fuera?, no es de tu incumbencia.

-Ajá -dijo sin interés alguno-. Bueno, es hora de que recibas tu castigo. Caballeros... -al decir "caballeros" pudo observar que detrás de Rosy se encontraban dos guardias los cuales le apuntaban a él con dos armas que al observarlas bien, funcionaban con dardos tranquilizantes.

Sintió únicamente los pinchazos de ambos dardos y luego todo empezó a verse borroso.

-Buenas noches. -fue lo último que pudo escuchar antes de caer dormido.

[...]

Empezó a recobrar el conocimiento poco a poco, para verse en una celda diferente a la que se encontraba hace unas horas. Miró a su alrededor como las cadenas se lo permitieron pues se encontraba encadenado con la vista a la pared, inspeccionó una mesa que se encontraba a su lado izquierdo encontrando látigos cadenas entre otros implementos de tortura.

-Veo que despertaste mocoso. Déjame decirte que lo que hiciste fue muy estúpido, intentar escapar de esta prisión es imposible -el dueño de aquella voz se hizo presente al entrar por una de las puertas que el cobalto no había visto cuando inspeccionó la celda, pero era natural debido a la posición en la que estaba-. No es igual a ninguna prisión que hallas visitado.

-No puede ser -exclamó molesto por su presencia- ¿Qué demonios haces aquí Ivo?

-¿No es obvio mocoso?. Estoy aquí para darte tu castigo -Ivo se dirigió hacia la mesa que se encontraba en el lado izquierdo de la habitación, miró todos los implementos que ahí se encontraban por unos segundos hasta que optó por tomar un látigo.

-Sabes, el estar en esta posición y el que tú tomaras justamente el látigo lo hace ver muy raro, sin mencionar que por alguna extraña razón me encuentro descalzo. No tendrás fetiches raros ¿Verdad? -dijo formando una sonrisa ladina la cual su contrario no pudo ver.

Prisión Sonamy  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora