SERÁS INQUEBRANTABLE | (PAUSADA)

Capitulo 5

Capitulo 05

DESCONOCIDO

¿Han escuchado hablar del dicho de quien busca encuentra?
Eso es real, totalmente real, Corazzina ha escuchado que hay gente removiendo el pasado, buscando soluciones, buscando respuestas.

No es algo que lo preocupe porque es un hombre preparado para cualquier guerra.

¿Pero nosotros estamos preparados? ¿Ellos están preparados? Es algo que aún no sé, algo que aún no entiendo.

Hoy se organizarán unas carreras legendarias, en el Say Palace, solamente corren los mejores de cada clan, yo soy de los principales encargados de ese negocio.

Tengo que ir a ver que todo esté en orden para esta noche.
Todo tiene que ser perfecto.

Me ha costado llegar hasta aquí, dejé muchas cosas en el pasado al igual que muchas personas que conocí.

Soy de confianza, y la confianza en este mundo lo es todo.
Recuerdo el día que llegué aquí.

Flashback

—... Tienes que correr rápido e irte de aquí— dijo Adriel mirándome severamente— te estarán buscando.

—¿A dónde iré?— por mi mente sólo habían más y más dudas.

—No lo sé y lo mejor es que yo no lo sepa— bajo la mirada hasta sus manos que movía nerviosamente— no podría guardar un secreto así de grande, no podría— alzó su vista— ya estoy haciendo lo suficiente.

—No quiero irme— aún no estaba preparado para irme.

—tienes que ganarte su confianza— tomó mis hombros y los apretó dándome apoyo— sé digno de su confianza absoluta.

Confianza absoluta.

Confianza absoluta.

Confianza absoluta.

Dos palabras que se repetían y repetían en mi mente.

Tiempo después

—¿No dirá nada?— hablé llamando la atención del señor Corazzina— Señor, díganos qué hacer ahora.

El macabro hombre frente a mí simplemente sonrió en una ligera y espeluznante sonrisa.

Macabra.

—Has hecho un buen trabajo muchacho— dijo dejando en la mesa el gran puro que tenía segundos atrás en sus labios— ¿Qué quieres que diga?— se levantó de su lugar y se acercó a mi asiento, por lo cual me puse de pie para estar al mismo nivel— ¿Qué quieres que te dé?

—Libertad— fue lo primero que se me vino a la mente, era algo que llevaba anhelando por mucho tiempo desde que llegué a Italia.

—¿Para qué la quieres?— este asqueroso y repugnante ser se dispuso a reír en mi propia cara, una risa agonizante y sofocante al mismo tiempo— ¿Para qué corras y todos sepan la verdad?