Capituló 1: El día de la fiesta.

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Un día normal, Edward iba caminando por los largos pasillos de la universidad. Con cada paso, iba dejando a las chicas derramando baba.

John, su mejor amigo de cabellera rubia y ojos de esmeralda, con su sensual pero brusca voz, le dijo; -Hey, Edward. -saludo -mañana es el día de la fiesta.

-Lo sé.

-¿Y ese humor?.

-No tengo con quien ir. -suspiro -y no se a quién invitar.

-Tienes a tantas chicas derramando baba por ti, ¡y son guapas!.

-En eso tienes razón amigo.

-Siempre la tengo -ambos chocaron sus manos -¿porque no invitas a Merilyn?.

-Lo haré!!. -dijo dándose la vuelta y marchándos.

Se dirigió hacia Merilyn, se inclinó a el muro y con una sensual voz,dijo; -Tu,yo, mañana a la fiesta. Te iré a recoger a las ocho, sin demoras, bebé. -ella sonrió de oreja a oreja y asintió.

El, guiñándole el ojo, se marchó.

Un playboy común.

Sabia que ella no se negaria a el más apuesto de la universidad. Merilyn, era una chica linda, tierna y amistosa pero seguía sin poder resistirse al encanto de Edward, el tipo de "principe" para todas las chicas.

.:-:.

Al otro día, en la noche, Edward y Merilyn salieron de el lujoso auto, Aston martin. Y entrando a la fiesta,ambos se dirigieron a el ponche, en donde un beso fue lo que se dieron.

Estuvieron así por mucho tiempo hasta que se separaron y se dirigieron a diferentes caminos de la casa.

Edward, bailando entre la multitud de personas, reia y tomaba sensualmente a cualquier chica de la cintura, pero en uno de sus momentos, choco accidentalmente con una pelirroja.

-Perdona, hermosa. -dijo, soltando a la chica que tenía en sus brazos.

-No importa. -dijo timidamente.

- te gustaria charlar?.

-Claro.

Ambos se dirigieron al sofá de la esquina, en dónde charlaron un largo tiempo, bebian y hablaban a la vez hasta que ella término ebria y sus labios rojizos se dirigieron a los de Edward.

El, no tan sorprendido le siguió el beso, ambos se disfrutaban al chocar sus labios sincronizadamente. Para Edward, una fiesta así ya era típico para el, es decir, siempre que le invitaban a alguna fiesta, terminaba con alguna chica besandose. Pero, esta vez fue diferente, debido a el encanto de la chica y a las hormónas de Edward, disfrutando cada vez más uno de el otro, se subieron a el auto y se dirigieron a una cabina.

Hablaron sobre un tema de el cual, Edward no lo podia creer, tiempo después, fueron a la habitacion a seguir "hablando" y no se dieron cuenta cuando amancio, ella al despertar se fue, dejando únicamente una nota.

Edward, seguía durmiendo, pasaron unas cuantas horas y al momento en que desperto sonrió satisfactoriamente, se puso su ropa y se marchó, sin saber que en  su mochila habían  rastros de la chica de rojo.

La chica de rojo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora