Capitulo 19

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El funeral había sido realmente algo que iba a dejar en comentarios a todos los que habían asistido. No porque los discursos de gente que no conocía habían sido más extensos que los de mis padres, ni por todo el montón de desconocidos que afirmó ser mis mejores amigos, o por cómo Taehyung había mandado literalmente a la mierda a toda aquella bola de hipócritas para ser rescatado por Hye cuando se largó a llorar frente a todos abrazado a cajón cerrado, que por otro lado ya no soportaba más verlo tan destruido y tuve que recurrir a vomitar varias veces. La frutilla del postre fue Shiri, la que nos sorprendió a todos. Había subido más pálida de lo que ya era y con los ojos hinchados de llorar tanto. Sus palabras habían sido las más hermosas, había rememorado situaciones juntos, nuestras películas de Marvel, nuestras charlas, como confiaba en mí, había confesado admirarme y había dicho un "Te quiero" algo de lo que se arrepintió cuando sus ojos se encontraron con los míos, sonreí para transmitirle paz, aun así no funcionó, un sollozo se escuchó procedente de uno de los primeros bancos, cerca del estrado y ahí es donde toda paz se esfumó, sus ojos cayeron en cada cara que estaba sentada allí para luego preguntarles abiertamente a cada uno "¿De qué lloras? ¿Acaso lo conocías?" Su temperamento había cambiado drásticamente y su enfado era aun más notorio y por primera vez en la vida le hice caso a mi madre cuando me susurró que vaya con Shiri, aún así llegué tarde, bastante tarde, había tomado el micrófono en sus manos para luego acusar a cada desconocido de ser "lacras carroñeras, que solo les interesa el morbo, no tienen un carajo de idea quien era ese hombre en vida, fuera de ésta jodid..." y eso terminó hasta que yo tomé el micrófono, la cara de cura había pasado por todos los colores, pero no creo que soportara que le llamen "jodida" a su iglesia. Si hasta ese entonces estaba saliendo todo mal, se puso peor cuando los desconocidos observaron el retrato del difunto y luego mi rostro, bien, ahí es cuando me di cuenta que algunos ni siquiera sabían que tenía un gemelo el muerto, ¿Por qué lo digo? Porque el que no gritó de horror, le bajó la presión o sacó el teléfono para filmar. Okey, ahí me enojé yo, si bien era mi funeral, había ciertas cosas que no toleraba....

- ¿Se puede saber qué estás filmado?- pregunté al hombre que estaba en la quinta banca, no me había dado cuenta que ni siquiera usé micrófono, aun así me escuchó y guardó el teléfono. Había logrado captar la atención de todos y un silencio absoluto, ¡Ay que lindo! Con lo que me gusta ser el foco de atención, nótese el sarcasmo por favor, preferiría estar practicando una autopsia a un caniche que esta excesiva cantidad de atención. Cerré los ojos y voltee, al abrirlos de nuevo, el cajón marrón caoba brillaba con la luz que entraba por los cristales de la iglesia. Ahí estaba él, mi hermano y al mismo tiempo ahí estaba yo. Lo que se enterraba hoy era mi historia, todo lo mío acababa y yo continuaba escribiendo otra historia. Decidí despedirme a mí mismo, aunque suene egoísta-... No tuviste oportunidades, ni la vida que soñaste, lograste con nada hacer algo, ese algo fue tu rincón en el mundo, dónde te protegiste cuando todo el mundo te golpeó...- cuando tú me quitaste todo Jeongguk -... Fuiste ingenuo e inocente, no te puedo culpar por eso, ahora eres libre...- toqué la madera suave de cajón, ¡Ay Jeongguk! Su frase sonó en mi cabeza, miré la cruz que había sobre la tapa y me terminé de despedir de mí mismo-...Para el mundo, tú eres el gemelo malo y yo el bueno, entre nosotros sabemos que no - murmuré para que solo yo pueda escucharlo, esa frase tomaba ahora otro significado para mí. No soy bueno, te maté, me maté y con éste cajón fúnebre entierro mi culpa por pensar en mí, mi culpa por apostar por mí, mi culpa por ser feliz - ...hasta siempre Jeon Jungkook -

Volví a mi realidad, actualmente me encontraba en el auto volviendo a casa. Taehyung me preocupaba, en el entierro había armado otra escena, se negaba a que me entierren, que tal vez nos habíamos equivocado y en realidad estaba en coma. Las luces del semáforo me detuvieron. Tal vez... ¡No! No puedo arriesgarme, contarle lo que pasó...pero es mi hermano del alma, ¿Él me entendería? Eché la vista hacia el asiento trasero, ahí estabas tú, me encontraba en paz al verte descansar después de tanto ajetreo, aun así me inquietaba saber qué pasó entre nosotros. Un claxon me sobresaltó, la luz del semáforo estaba en verde...

El Impostor | Jeon JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora