Capitulo 1- Un nuevo inicio

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Las últimas palabras de Sabito, el esposo de Giyuu Tomioka fueron: Siento dejarte sólo, prométeme que serás feliz.

Desde ese momento Giyuu dejó de ser feliz, y sus amigos en el funeral le daban el más sentido pésame. Mitsuri Obanai, su amiga le dijo que irían a esos lugares en donde se daban las citas a ciegas. Giyuu se negó por completo.

-Pero ahí conociste a Sabito puede que...
-Mitsuri no te ofendas pero no me apetece ir, no.
-Si, lo siento mucho- suspiraba la mujer de cabello rosa y ojos verdes. No soportaba ver a su amigo así pero era mejor respetar sus decisiones.

Como Tomioka era escritor de novelas rosas, tenía una gran comunidad de fans que lo apoyaron cuando se hizo viral la noticia. No quiso dar mucha información pero agradeció a sus fans pero nada más. No tenía inspiración asi que se quedó en su casa y ser un ermitaño. Su otro amigo, Sanemi le aconsejpo mudarse a otra ciudad.

-Mírate como estás, Tomioka sólo te dañas a ti mismo.

Y era verdad, Tomioka no tomaba ni consumía drogas pero su forma de sobrellevar la pérdida de Sabito era un gran pila de escritos. Sanemi se dedicaba a leerlas mientras Giyuu bebía café.

Todas eran dedicadas a Sabito, y eran románticas pero Sanemi se negaba a seguir leyendo ya que eran tan desgarradoras que simplemente era imposible continuar.

-¿Y como quieres que lo supere? No hay forma y Sabito era mi único motor para seguir, mírame Sanemi no he tenido ni inspiración para continuar con mis novelas.
-Entiendo tu tristeza amigo pero esto es... Incómodo, necesitas otras ocupaciones o tal vez cambiar el género de tus novelas.
Giyuu sólo lo observaba sin mostrar una mueca alguna.
-Mejor le diré a Shinobu que te llame y tengan una cita.
-Ni se te ocurra, Shinobu es muy bonita pero no es mi tipo. No habrá nadie que se compare a Sabito Tomioka.

Pero todo llega a un límite cuando Tomioka sólo era acompañado por el altar de Sabito, sus escritos y el playlist que se dedicaron cuando empezaron a salir. Las lágrimas se le empezaron a acumular cuando la radio se detuvo. No encendía ni siquiera las luces y lo único que deseaba era acostarse y pensar que todo era una completa pesadilla.

Practicamente era un desastre, dormía hasta muy tarde, escribía y tiraba posibles ideas buenas para sus novelas y esquivaba salir con amigos.

Sanemi tenía razón pero era más difícil deshacerse de las cosas de su esposo fallecido, más que nada quemarlas mientras se preparaba para la mudanza. Sólo había recuerdos dolorosos y eran tantos que hasta sentía dolor en las partes más sensibles de su cuerpo. Incluso hasta imaginaba tener moretones pero sólo eran eso: imaginaciones suyas.

-Es aqui- decía el taxista cuando se estacionó cerca de un edificio de color melón.
Giyuu no respondió y se le quedó viendo al lugar con una expresión fría. Sólo la escogió porque el precio le pareció considerable y en su cuarto tenía un gran estudio para poder trabajar.
-Disculpe...Ya llegamos.
-Oh, lo siento mucho- sacaba su cartera y casi daba su anillo de bodas que se había colado entre los yenes y lo quitó. Aunque ya se lo había quitado del dedo anular ya, desde aquel doloroso acontecimiento porque le ardían las manos era imposible deshacerse de él.

Al salir del taxi, cargaba sus cosas con fuerza y subió por las escaleras ya que muy típico en ese tipo de edificios no servía el elevador. Lo único que quería era llegar, servirse un café y dormir. No tenía muchas gracias de continuar con los escritos tan aleatorios porque se sentía agotado. Se tocó la parte izquierda de su cabeza porque este le empezó a doler. Lo que faltaba, pensaba él.

De pronto el rumor de la canción Hung up de Madonna sonaba cada vez más y él se molestó enseguida ya que dejaron la puerta abierta esos vecinos inconsientes que no tenían idea que él necesita estar en silencio. Tan pronto como dejaría sus cosas, iría a quejarse.

Dejó las maletas y lo demás cerca de donde iría la mesita de la salita y se encaminó hacia esa puerta abierta en donde esos vecinos inconsientes se movían al son de la música.

-Oh no, te equivocaste hermano- replicó una voz de chica.
-Perdóname Nezuko pero es que olvidé por un segundo cuál era mi posición final- se disculpó la voz suave de un joven, le calculó unos 4 años menor que él.
-No te preocupes de todas formas faltan 3 semanas para el concurso de baile- dijo la chica que respondía al nombre de Nezuko, Giyuu no quiso ser grosero pero aún asi tocó la puerta.
-Oh no, son los vecinos. Tendré que disculparme sin querer le subí el volúmen.
Tomioka veía como el chico se aproximaba, ese poseía unos ojos color vino, con un brillo inocente, cabello del mismo color una cicatriz sobresalía en la parte derecha de su frente amplia. Vestía de unos pantaloncillos color beige y una chaqueta de cuadros verde y negro.

-Soy el nuevo vecino, quería pedirles que si por favor le bajaran a su volúmen ya que trato de descansar.
-Si... Lo siento mucho en verdad. Que tonto he sido, es que no creí que llegara usted eso es todo pero le aseguro que no volverá a suceder.
-Eso espero- y sin despedirse o tan siquiera presentarse, Giyuu se dirigió a su cuarto cerrando la puerta con calma, dejando al muchacho de cabello color vino confundido y algo curioso ya que parecía conocerlo de algún lado. Tal vez en la televisión o en los libros que le encargaban en la preparatoria.
-¿Quién era Tanjirou?- preguntó la hermana, Nezuko, ella era un año menor que él, era guapa, con el cabello negro y puntas de color naranja, se podría decir que se los hizo en un acto de rebeldía pero ella lo hizo porque simplemente le gustaba el color.
-Era el nuevo vecino, sólo pidió que no le subieramos al volúmen.
-Pero escuché que no fue muy amable al pedirlo. Le iré a reclamar.
-No Nezuko, no vale la pena. Mejor le daremos un pastel como regalo de bienvenida ¿Que te parece? Así lo animamos.
-Mm de acuerdo- suspiró la chica, no estaba convencida ya que no le había gustado la actitud de su nuevo vecino. Pero el gesto amable de su hermano mayor no podía ser rechazada asi que apagaron el aparato de música y se dedicaron a hacer un pastel, eran buenos en eso asi que lo hicieron con paciencia para que así pudiera ser agradable para el nuevo vecino.

Giyuu se preguntaba una y otra vez si realmente fue muy grosero con aquel chico, estaba molesto por supuesto pero no fue la mejor forma de tratarlo con frialdad e indiferencia. Ni siquiera se había presentado por lo que lo haría pero, después ya que tenía que desempacar y eso le llevaría horas, notenía idea que sus vecinos le estaban haciendo un pastel como gesto de bienvenida.

Continuará...

Este es mi primer fic GiyuuTan, bueno de todo Kimetsu no yaiba, que he estado evitando pero bendito anime y manga, son tan buenos que no me aburren. Amo este fandom <3 Obvio haré de más de mis shipps pero esta es la que ha tocado mi corazón. UuU

Para mi amor del presente [GiyuuTan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora