Espérame

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-Bueno,¿Y qué traes ahí?.Lo siento,soy curioso.

-Traigo mi bolso con ropa y la foto preferida de mis padres.

-Bueno vamos te acompaño a mi habitación,digo,a nuestra habitación.

-Tendrás que acostumbrarte a decir nuestra,le dije,y reí.

-Claro,mejor.¿Te digo algo?,la verdad ya me aburría de estar solo todos los días.

-Bueno desde ahora eso cambió,espero no aburrirte.

-No lo harás.

*Subimos unos escalones interminables y tomamos un ascensor*

-Llegamos.

-Wow,es hermosa.

-Ahí está tu cama,y ahí esta la mía.

-Están muy juntas,¿no?

-Sí,no sé porqué.Bueno,¿Quieres que las corra?

-No,no importa,así como están,está bien.¿Y qué haces para no aburrirte?

-Leo revistas acostado,miro la tele,estoy en la compu,las cosas que hace cualquier adolescente,y tú?

-Lo mismo que tú.

-Creo que nos llevaremos bien.

-Claro,y me sonrojé,no sé porque.

-¿Quieres que te ayude a acomodar tus cosas?

-Okey,pero no tengo muchas cosas,es solo ropa.

-No importa,te ayudo.

*Lo primero que hice fue sacar la foto de mis papás y ponerla en una mesa de luz,luego puse el regalo que me había hecho Thomás.*

Saqué mi ropa y un vestido se me cayó al suelo,lo quise levantar pero el intentó lo mismo y me agarró la mano.

-Auchh.Dije.

-¿Oye qué te paso ahí?

-Nada,solo me clave un vidrio.

-Pero lo tienes dentro,espera.

*Fue al baño y yo lo seguí*

-¿Qué haces?Le pregunté.

-Busco gasas,desinfectante, y una pinza en el botiquín,te sacaré ese vidrio de tu mano.

-Ven,me tomó de la otra mano y me sentó en su cama.A ver dame tu mano.

-Ok.

-Uy,si no lo sacamos eso se va a poner peor,voy a tratar de que no duela¿si?.

-Bueno.

*Tomó la pinza y estiró de la punta del vidrio hasta que logró quitarlo.*

-Ouch.

-Lo siento,perdón.

-No importa,gracias.

-Toma,*Pasándome una gasa*

-Bueno,ya es tarde,y tengo hambre.

-Si,no te preocupes a las ocho y media pasa una mujer y nos trae algo de comida.

-¿Algo?

-Sí,porque de seguro me traerá a mi solamente,como acostumbra a hacer,pero yo te lo daré a ti.

-No,no tienes que hacer eso,enserio.

-Si,claro que tengo,primero están las damas.

*En ese momento golpearon la puerta*

¿Thomás?

-Ahí abro.

-Hola,Manuela.¿Cómo estás?

-Muy bien,veo que tienes compañía,¿De qué habitación es?

-De la misma que yo.

-Ohh,no puede ser,nadie me avisó nada y yo solo traía comida para ti.

-No te preocupes con esto alcanza para Candela,yo no tengo hambre.

-Que bueno eres,Thomás,*dijo y se fue.*

-¿Por qué haces esto?

-Porque te quiero,y me caes bien.

-Tu a mi igual,dijo,dándole una mordida al pollo.

-Se ve que tienes hambre.

-Mucha,no he comido nada en toda la tarde,me levanté a las dos y solamente desayuné algo.

-Yo todos los días me levanto a las ocho.

-Veo que tengo un compañero al que le gusta levantarse temprano.

-No mucho,pero más ahora,porque así podré ver como despiertas todas las mañanas.

-Que tierno,bueno voy al baño a lavarme los dientes.

-Ok,aquí te espero.

Lo que un día fue nuestro hogar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora