Sinbad es un hombre reconocido y amado por su pueblo, a su vida no parece faltarle nada y no se ve interesado en elegir a la futura reina de Sindria a pesar de los intentos de sus compañeros, sin embargo, el pasado de Sinbad cae sobre su hombros cu...
El hombre al que parecía que nunca le importó nada, ni siquiera sus padres o su propio hijo, pero que cayó ante el más bajo comportamiento humano, enamorarse.
─¿Piensas destruir este mundo David?─ preguntó con seriedad una mujer que entró a la habitación de su esposo.
─Por favor no me veas así─ se levantó e intentó sostener su rostro pero esta se apartó sin pensarlo.
─Este es el mundo que Salomón gobernará, el mundo al que nuestro hijo traerá paz ¿por qué deseas terminar con él?
─En este mundo nunca habrá paz, el destino dice que no lo logrará, debo terminar con esto ahora mismo.
Enojada por la actitud tan tranquila de su esposo la mujer abandonó la habitación y corrió para llegar hasta el lugar donde su hijo Salomón y su nuera Sheba realizaban una ceremonia vital para el inicio de una nueva era en Alma Torran, el mundo que su hijo gobernaría junto a los 72 miembros de la familia de Salomón pero antes de llamarles para advertirles de lo que David haría, este la interceptó en la entrada y cubrió su boca con su mano.
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─Shh... esto terminará pronto, mi amada─ afirmó con un tono que inquietó consiguió inquietarla.
Desesperada, la mujer se soltó con ayuda del Rukh Blanco pero fue demasiado tarde. Al salir del Palacio fue testigo al igual que todos los habitantes del mundo cómo Arba, una mujer creada por su esposo y portadora de uno de los Báculos Divinos asesinaba a su nuera Sheba.
Tras el asesinato y el descubrimiento de la traición por parte de los Magis hacía Salomón, los 72 miembros de la familia intentaron hacer algo pero una extraña figura de Rukh Negro surgió en el mundo. La forma del dragón Medium comenzaba a inundar el mundo y Salomón junto a su familia intentaron detenerlo pero nada parecía funcionar por lo que la madre del Rey quiso ayudarlos pero nuevamente fue tomada por su esposo.
─¿Qué hiciste...?─ preguntó sin poder creer todo lo que tenía frente a sus ojos.
─¿Te gusta? Su nombre es Ill Ilah, y con él realmente podremos crear el mundo que el destino quiere.
Molesta y decepcionada, la mujer tomó su espada para apuntarla en dirección a su esposo que la observaba con una gran y aparentemente tierna sonrisa.
─Aún podemos detener esto, solo debemos terminar con el Medium─ dijo intentando convencer una última vez al hombre antes de que todo lo existente fuese borrado.
─Veo que aún no lo entiendes, ¡este es nuestro destino! Te daré el mundo perfecto que te prometí querida, será solo para nosotros dos.
─Yo ya tenía el mundo perfecto, y acabas de arrebatármelo─ con este comentario la mujer atacó sin pensarlo a David que había quedado desconcertado al escucharla.
Al dejarle en el piso y subir sobre su cuerpo la mujer tomó su espada y apuntó al pecho del hombre con sus dos manos. Las lágrimas brotaron sin detenerse de sus ojos pero en ningún momento perdió la mirada fría y decepcionada que le había provocado lo anterior, a lo que David solo pudo reír.
─El destino nos une amada mía, nunca serás capaz de matarme porque tú y yo somos uno.
─Tienes razón. Puede que nunca sea capaz de matarte con mi propia espada, pero te aseguro que te llevaré conmigo a la muerte si con ello evito que cometas una tontería como la que acabas de hacer.
─¡(T/N) No!*
David gritó e intentó detener a su esposa que le dio la vuelta al arma pero utilizando toda su fuerza y voluntad, la mujer se encajó en el pecho la espada.
Bastaron unos segundos cuando junto a ellos apareció su único hijo. Preocupado, Salomón intentó ayudar a su madre que había caído sobre David, el hombre que estaba por morir debido a la conexión con su esposa.
─¿¡Mamá qué hiciste?!
─Salomón... es la única forma de detener a David─ la mujer se dio la vuelta para observar cómo el Medium casi había terminado con el mundo. ─Puede que sea tarde para Alma Torran pero... las cosas pueden cambiar.
─No... ¡tú y yo, somos quienes debemos crear el nuevo mundo!─ exclamó con dificultad David seguro del destino que se les había impuesto.
─Toma─ la mujer ignoró a su esposo y le entregó una piedra roja que ella siempre llevaba en la cabeza. ─Ahora vete y sálvate junto a tu familia.
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Salomón se levantó y abandonó a sus padres con mucho dolor pues sabía que tenía una misión que cumplir, algo que solo él y sus compañeros podrían hacer. Segundos después de ver a su hijo irse y escuchar a su esposo gritar una promesa final, (T/N) perdió la vida y junto a ella, el mundo fue destruido.
─¡TE LO PROMETO (T/N)! ¡Crearé un mundo para ti, y cumpliré nuestro destino a cualquier costo! ¿¡Entiendes?!
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*Sólo en los recuerdos de David y el mundo anterior a Alma Torran utilizarás tu nombre.
