Sinbad es un hombre reconocido y amado por su pueblo, a su vida no parece faltarle nada y no se ve interesado en elegir a la futura reina de Sindria a pesar de los intentos de sus compañeros, sin embargo, el pasado de Sinbad cae sobre su hombros cu...
Ha pasado un mes y medio desde el inesperado encuentro de la comandante del Imperio Kou y el rey de la nación de Sindria. El viaje del gobernante está por terminar y todos en el reino esperan ansiosos ese momento.
Durante el viaje la existencia de Shun fue descubierta, por lo que el rey se vio obligado a dar una explicación, explicó que ahora sería un refugiado de Sindria y daría los detalles al llegar.
Eliz continuó con su vida con normalidad, cenaba con Judar casi todos los días pero aun así no era capaz de hablarle sobre su compromiso con el príncipe del Imperio Kou y mucho menos de lo que ocurrió la noche en que se fue con Shun en brazos.
Por el contrario Judar le comentó sorpresivamente todo lo que pasó mientras él no estaba, incluyendo la parte en la que conoció al que era el cuarto magi de la época actual.
─¿Otro magi?
─Sí, ─le respondió molesto mientras comía un durazno─ ¿Puedes creerlo? ¡solo le di un golpe en la cara!
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─Sí... me pregunto ¿por qué se habrá enojado? Pero es raro ─siguió regresando al tema de los magis existentes─ contigo, serían cuatro. Qué extraño, no recuerdo que los escritos hablaran de un cuarto magi.
─Y ese mocoso me dio muchos problemas, ─mencionó enojado recordando la batalla que tuvo lugar en Balbadd durante su viaje aunque la mujer desconocía el nombre de la región a la que había viajado.
─Tranquilo Judar, investigaré sobre eso si es lo que quieres pero no busques pelea, por lo que me contaste te dieron una paliza. ¿No es cierto?
─Quería ver de qué sería capaz, ─dijo como excusa, bajo ningún motivo podría mostrarse débil ante la situación y mucho menos ante la mujer que le observaba con una gran sonrisa. ─Muero de ganas por enfrentarme a él directamente.
─Detente por favor, si te matan, vas a dejarme todo el trabajo a mí. Y no me quiero imaginar cómo se pondrá Gyouken si eso pasara.
─Te aseguro que no moriré, no antes de ver a ese niño rogando por su vida y la de sus amigos. Arrodillado a mis pies y de sus labios oír: "gran y poderoso mago Judar" ─dijo en un tono malévolo y comenzó a reír de igual forma imaginando detalle a detalle la escena.
─Ajá, cómo no Judar, ─agregó en un tono burlón escuchando atenta la fantasía de su joven amigo.
Conforme el tiempo transcurría más dudas surgían en Sinbad y Eliz, y aunque no había nada escrito, tenían el presentimiento de que volverían a verse aún si todo estuviese en contra. El rey no volvió a mencionar a la mujer ante sus compañeros y la única explicación que le dio a Shun fue:
─Alguien quiere que te mantenga a salvo y es lo que haré. No necesitas contarme nada, hablaremos de lo que pasa cuando lleguemos a nuestro destino. Por ahora ponte cómodo y disfruta el viaje.
