Escenarios de Katsuki Bakugou

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Después de su graduación, era muy difícil que se vieran tan seguido como antes, sin embargo, todos seguían manteniendo contacto, juntándose de vez en cuando en un bar durante la noche o en un restaurante para desayunar como en los viejos tiempos.

Está era una de esas ocasiones.

Mina lo había planeado, citando a todos y cada uno de su antigua clase en un bar que frecuentaban en el centro de Tokio, habías tenido que aceptar sí o sí, conociendo a tu amiga, iba ser capaz de ir a buscarte a tu agencia y sacarte de esa oficina donde te la pasabas casi siempre metida.

Tus tacones hacían sonar un pequeño clack con cada paso que dabas sobre el asfalto, el sol se estaba escondiendo y pronto llegaría el invierno, así que era preferible ir bien abrigados en lugar de morir por una neumonía, acomodaste bien la bufanda alrededor de tu cuello y metiste las manos en los bolsillos de tu abrigo, para que estás volvieran a calentarse.

A pesar del poco maquillaje que llevabas encima, tus mejillas estaban sonrojadas por el frío, intentando caminar lo más rápido posible para entrar al bar y abandonar el aire frío que envolvía las calles, estabas un tanto nerviosa, pero esa sensación se veía opacada por la alegría que estaba instalada en tu pecho.

Hace meses que no los veías, la última reunión que habían hecho no habías logrado asistir por un viaje que tuviste que hacer en último momento, pidiendo perdón a tus amigos por una llamada telefónica que lograste hacer en un pequeño descanso.

Pero ahora estabas ahí, giraste en una esquina, visualizando como por el otro extremo llegaba otra persona al mismo tiempo, sonreíste por inercia y te acercaste a saludar.

—¡Hola, Shōto! —saludaste a tu amigo mientras sonreías.

—Buen día, (Nombre) —respondió él con una pequeña y a penas perceptible sonrisa—. Veo que esta vez no tuviste un percance para venir.

—No, esta vez sí pude darme una pequeña escapada de la oficina. —Diste un pequeño resoplido para alejar un mechón de cabello que estaba sobre tu rostro—. ¿Qué tal el trabajo?

Él se encogió de hombros, como si le restará importancia al asunto, aunque sabías por las noticias que el héroe frente a ti había estado en un altercado con unos villanos, resolviendo el problema solo ya que nadie llegaba a tiempo, ganando así más fama y popularidad, sin embargo, conociendo de sobra como era, sabías que a Todoroki no le importaba aquello, había hecho su trabajo solamente.

—Vaya que eres modesto, ¿eh? —Comentaste subiendo los peldaños que conducían a la entrada del bar, Todoroki caminando a tu lado cómo en los viejos tiempos—. ¿Cómo debería llamarte ahora? ¿Señor farándula?

Él sonrió negando con la cabeza por el apodo tan idiota que se te ocurrió, eras pésima para poner apodos, lo sabías muy bien, aun así no te importó. Todoroki abrió la puerta, dejándote pasar al recinto para después entrar él, una ola de calidez los envolvió a ambos, recibiendo por fin algo de calor en sus cuerpos en lugar del clima frío de las calles.