El domingo por la noche programé el despertador para que sonara a las 7 am, para así despertarme con tiempo e ir calmando los nervios hasta llegar a mi nuevo infierno. Sin embargo, cuando a la mañana siguiente empezó el atornillante sonido del reloj estuve a punto de cogerlo y lanzarlo contra la pared. Pero me contuve. Me contuve por la cuenta que me traía.
Digamos que destrozar mi cuarto no me daría muchos puntos con mamá para que me reduzca la condena por el desastre del viernes.
Veamos, según el horario, hoy empiezo a las 8 y media. Bueno, hoy y todos los días. Me reí.
Después de estirarme, me incorporé para coger el movil, en el que tenía un mensaje de Kilian deseandome suerte y otro de Marie, en el que me contestaba al saludo. No me había respondido desde el viernes hasta ahora.
Supongo que estará ocupada
Dejé el teléfono en la mesilla de noche tras contestar a ambos, y me encaminé al baño para asearme. Afortunadamente no estaba Diego, por que si no me podrían dar las uvas con lo que tarda en arreglarse. Y ya cuando se ducha ni os cuento...
Aunque, ahora que lo pienso, no hay nadie levantado a esta hora, ¿no?
Abrí la puerta del baño lo suficiente para sacar la cabeza y así escuchar; sin embargo, solo conseguí distinguir los leves ronquidos procedentes del cuarto de Diego.
Normalmente, a esta hora Murphy si que estaría levantado, pero no está en casa. Todavia falta una semana para que vuelva de Inglaterra, donde está terminando sus prácticas de Magisterio en un colegio para niños discapacitados. Ha sido monitor en un campamento que finaliza este viernes. A la semana que viene los niños empiezan el nuevo curso y a no ser que le contraten temporalmente, regresará si o si.
Le extraño.
Danae, no te quedes mirando al infinito y baja a la tierra para terminar de alistarte, haz el favor
Callate consciencia
No, no me callo. Suspiré.
Aproximadamente unos 45 minutos más tarde ya estaba preparada para irme. Solo me quedaba abrir la puerta con la llave y adentrarme en la jungla de la realidad.
Mis manos se detuvieron en el picaporte durante unos segundos. La casa seguía en completo silencio y nadie podría impedirme que volviera a mi habitación a sumergirme entre las sabanas de mi cama. Simplemente podría decir que me quedé dormida. No tendría que ir hoy por lo menos. Sería un día menos.
Agarré el pomo de la puerta con fuerza.
Espera un momento, ¿se puede saber que estás pensando? Me di una cachetada con la mano que me quedaba libre.
¿Estás tonta? ¿Como no vas a ir? Con todo lo que te has esforzado el año pasado. Dejate de estupideces Danae Hidalgo, eres una guerrera, no una cobarde.
De los problemas no se huye. Nos enfrentamos a ellos y nos los comemos con patatas.
Cogí aire con los pulmones, y al exhalar abrí la puerta. Después de salir, la cerré con ganas, provocando un fuerte golpe que seguro había despertado a más de uno.
Sonreí. Bueno, así no llegan tarde
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Cuando llegué a la entrada del instituto había pasado media hora, por lo que me quedaban todavía 15 minutos para demabular por ahí y cotillear. Ya vería luego como llegaba a clase. Si entraba tarde mejor.
Además, la excusa de "me he perdido" es maravillosa.
Coloqué correctamente la mochila negra que colgaba de unos de mis hombros y observé el entorno que me rodeaba con atención.
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Mi mejor pesadilla
Novela JuvenilLa primera vez que Danae se topó con Soren, fue al tirarle accidentalmente un cubo lleno de pintura rosa chillón, por lo que digamos que su comienzo no fue uno de los mejores. La segunda vez tampoco fue acertada, ni la tercera, ni las sucesivas vece...