Prefiero callar y sonreír, porque si hablo acabaré llorando
‘’Con un movimiento suave, la fina hoja de un cuchillo te alejó de mi lado’’
La mansión era enorme y cubría gran parte del terreno de Choi Dong-Yul. Una serie de hombres armados protegían sus alrededores y algunos más caminaban por los pasillos. Sus expresiones eran determinadas y frías, sus labios contraídos en muecas serias y frustradas como si odiaran la vida misma.
El cielo estaba despejado y el sol brillaba en su punto más alto, un contraste completo a la batalla que tendría lugar en su presencia.
Pero nadie se esperaba lo que sucedería
Choi Dong-Yul era alto, de cabello rubio y de hermosos ojos azules que helaban la sangre por completo. Expresaban la maldad y el vacío mismo, la falta de sentimientos cálidos. Su piel era completamente blanca y tersa, resaltando sus facciones varoniles. Pero tenía un toque… un toque diferente, no parecía más que un altanero imbécil sentado en el trono.
Las manos pesadas de Dong-Yul acariciaban los glúteos de su amante y Dak-Ho parecía entregarse por completo. Incluso, sus manos sujetaban la nuca de Dong-Yul mientras sus lenguas se unían con sonidos bruscos, sentados en el enorme sofá de la sala de la mansión.
Por supuesto, nadie notaba que en realidad Dak-Ho tenía sus ojos abiertos sin emoción.
Cuándo sus labios se separaron, Dong-Yul miró a uno de sus escoltas y sonrió de lado.-‘’Tráiganlo’’- Ordenó
Minutos después, el hombre regresaba con sus dedos aferrados al antebrazo de Seokjin. Dak-Ho lo miro con odio y con superioridad, con sus manos rodeando el cuello de Choi.
Había algo que Seokjin no le había dicho a Namjoon. Choi Dong-Yul se había acercado con la intensión de besarlo cuando llegaron a la mansión y fue por ese acto que el pastelero intentó patearlo en sus joyas y a cambio, recibió un golpe en su pómulo que sumado al que Dak-Ho le había otorgado en la cafetería, había creado un hematoma verduzco y con apariencia dolorosa en su mejilla.
Seokjin alzaba protectoramente a Beomgyu, quien se ocultaba en su cuello y cerraba sus ojitos con miedo. Dong-Yul se levantó del enorme sofá después de que Dak-Ho se apartó y se acercó al pastelero, sus ojos analizando cada rasgo, cada mirada, cada curva
Si, era mayor que Dak-Ho pero aun así era exquisito, natural y con rostro inocente. Pero su mirada, su mirada no le dedicaba odio sino desafío.
-‘’Vaya…’’-Dong-Yul sonrió – ‘’Ahora entiendo porque el comandante no pudo apartar los ojos de ti’’ – Sus dedos apresaron la mejilla herida y Seokjin se mordió un jadeo ahogado, negándose a permitir que este hombre lo viera débil. Por el rabillo del ojo observó a Dak-Ho y grande fue su sorpresa al ver que Dak-Ho no parecía molesto, simplemente miraba con aburrimiento hacia la ventana.
¿Por qué? ¿No se suponía que era el amante de este tipo?
-‘’ ¿Por qué no lloras? ¿Por qué no me pides que te libere?’’- Sus ojos color cielo lo observaron fijamente y sus labios rozaron peligrosamente su espacio personal. –‘’Vamos, ruégame’’
-‘’Eso no tiene sentido’’- Respondió suavemente –‘’No me liberaras’’
-‘’Podría… y a cambio, solo tendrías que ser mío’’- Sus dedos recorrieron su brazo, aquel que rodeaba a Beomgyu. Seokjin trago y quiso retroceder, pero el fuerte agarre del escolta no se lo permitió.-‘’Yo podría ofrecerte mucho más’’
-‘’No, muchas gracias’’- Rechazó la oferta educadamente. –‘’Me temo que no deseo su dinero señor Choi’’.
Dong-Yul lo miro intensamente, sus ojos brillando con excitación, adorando la particularidad del pastelero.
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Citas Al Instante - [Namjin]
Fiksi PenggemarEscrita en 2019 🏆Ganadora del primer lugar en los Namjin Whale Awards 2020🥇 ❝ Dónde Kim Seokjin es un guapo pastelero perdidamente enamorado de uno de sus clientes más frecuentes, el comandante Kim Namjoon, aquel que está buscando su compañero de...