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Eres mi preciada amiga.

Yashiro Nene siempre ha sido una chica impulsiva para el romance. Siendo la mejor amiga de la joven con mayor cantidad de pretendientes en toda la academia Kamome era inevitable para ella no poder fantasear con el lugar de su compañera, rodeada de tantos jóvenes que aclamaran su belleza, que valoraran su compañía y le profesaban un infinito amor.

Lamentablemente para ella, no era el caso ni por asomo.

Fracaso tras fracaso, noviazgos tan fugaces o bromas de mal gusto para ver qué tan desesperada estaba, donde ella caía irremediablemente con toda la ingenuidad del mundo sin siquiera poder imaginar su verdadero desenlace; todo aquello había puesto a la joven albina en una situación de lo más deprimente. ¿Tan gracioso era verla llorar? ¿Cómo podían satisfacerse de su vergüenza?

Y es que ella no podía hacer uso de razón cuando le zampaban una cara bonita enfrente. Era un caso perdido. Por más vueltas que le diera no podía concebir que una persona con facciones delicadas y una encantadora sonrisa podía llegar a ser tan maliciosa y de engañosas intenciones, al final, solamente le buscaban para beneficiarse de algo y no porque quisieran realmente estar con ella.

¿Qué estaba haciendo mal?

—¿Otra vez en las estrellas, Starlight?

Se acomodó en el escritorio de su pupitre, apoyando su barbilla en la palma de su zurda para poder ver al joven que yacía a su lado. Yugi Amane sonreía sereno a sabiendas que había captado la atención sin dejar de contar el capital con la vista.

Siendo el tesorero del salón era usual para el peli-negro quedarse después de clases administrando el dinero de los alumnos y anotando las cantidades que se adquirían para cualquier actividad, haciendo cuentas para poder administrarlo de la mejor manera. Un arduo trabajo pero qué tal parecía que no era ningún inconveniente para el joven, a él le resultaba tan intuitivo y relajante como ponerse a contar estrellas en el cielo.

—¿Cuánto te hace falta? —Cuestionó desviando el tema, al igual que le pasaba una franela para que se limpiara los anteojos que recién estaba quitándose al sentir una pequeña molestia.

—Ya poco... ah, gracias —Le mando un guiño por su atención, Yashiro solamente rió desganada, pero divertida—. ¿Te pasa algo?

—Hey, Amane-kun, sal conmigo.

—Seguro —respondió como si nada, regresando su atención a su responsabilidad.

La albina no pudo evitar hacer una mueca ante su automática respuesta, desviando su mirada de nuevo hacia el panorama fuera de la ventana del aula sin ver realmente a un punto en especial.

Amane había sido su mejor amigo desde primaria, podía recordar claramente como este le había ayudado a tener un acercamiento con el "amor de su vida" de aquel tiempo, el hermano mayor de su amigo Kou, Minamoto Teru. Por supuesto, las cosas no habían salido para nada bien y con el dolor de su alma había dejado de insistir en consolidar una relación con su senpai. El lado bueno de aquel desastroso incidente era que sus esfuerzos mutuos e inevitables interacciones había convertido a los dos pequeños en un gran dúo. Amane estaba para ella siempre en sus intentos por lograr alcanzar la relación de sus sueños, al igual que era su hombro consolador al momento de sus fracasos. Era un gran amigo, como le gustaría tener un novio como él.

Limerencia (JSHK AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora