V

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Ciclo vicioso.

El suave traqueteo de sus dedos se perdía entre los murmullos masculinos, indiferente y escéptica observaba cómo ambos intercambian la poca información que tenían sobre el caso de la albina. El inútil intento que trataban de montar sobre cómo hablarían con la mencionaba le daba náuseas, cada plan que escuchaba sonaba más absurdo que el anterior, o quizás era la familiaridad de la inocencia que mostraban sobre la situación  la que realmente la hacía salir de sus cabales. Ninguno de los estaba al tanto de la gravedad del asunto. Nunca realmente supieron como entender a Yashiro, sus verdaderos sentimientos, sus presiones, estrés y el verdadero impacto de todos sus fracasos. Observaban solamente una parte de ella, aquella dulce e idealista que conformaba su ser pero ocultaban sus penas.

Ellos no eran su mejor amiga.

Estaban ciegos, pero deseosos de hacer algo, cualquier cosa. Aoi en su momento había estado en la misma posición que el rubio y el pelinegro, dispuesta a sacrificar muchas cosas todo con tal de estar unos momentos con su amiga.

Pero por más que le doliera, obligarse a permanecer con alguien que no cree en ella continúa siendo una larga tortura.

Ella estaba consciente que cuando la ceguera se manifiesta, no importa de qué forma se trate de transmutar con tal de volver la pesadez que brotó en algo menos tenso. Mientras que la actitud del que la padece decida no aceptar volver su realidad en una cada vez más fantasiosa, no hay nada que se pueda hacer.

La reacción inmediata es tratar de endulzar el momento y hacer sentir mejor a quien pasa por ese sendero de oscuridad. Por más estúpido que resultara.

—¡Tsukasa-kun es mi novio!

Aoi inmediatamente hizo una mueca marcada ante la sonrisa resplandeciente de su amiga albina, forzándose a arreglar su pequeño desliz involuntario sonriendo un tanto tembloroso.

—¿Genial?

—¡Si, si, si! —agregó ingenua sin percatarse de cómo su amiga se había tensado con la confesión.

Yashiro sacó su celular y le mostró la foto que su pareja había subido a las redes sociales anoche, tendiéndosela a su amiga con orgullo. Aoi se acercó por mero respeto pese a que ya la había visto, aquella fotografía había circulado por todo el grupo de clase como una botella de agua fría en un día de verano. Pero verlo directamente de la principal involucrada seguía conmocionando.

¿Cómo...?

—Creí que pensabas que Yugi-san te resultaba difícil de tratar... —Se aventuró a agregar sin contagiarse con el brote de felicidad inmensurable que tenía su amiga.

Por un momento, Nene se detuvo pensando en las palabras de su compañera con más seriedad, cosa que puso a la mencionada contenta por un segundo, esperando que recapacitara; pero la albina solamente volvía a encararla despreocupada.

—Le conozco desde niños, ¡Seguro encuentro un punto medio! —agregó optimista.

—Pero, ¿no es algo precipitado? —insistió Aoi sin querer quemar mucho el asunto.

Había pasado poco menos de un mes del antiguo noviazgo de su amiga, el más corto de todos los que había tenido y el más desastroso tenía que admitir. Aoi no consideraba que la albina había pasado suficiente tiempo para recuperarse de su decepción.

Limerencia (JSHK AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora