No estabas preparando

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Piedrecitas de cristales amargos. ¿Dime, ahora qué hago? Cántale al vacío con tu cara de perro atropellado. Y tú, que no estabas preparado, descansa mis palmas, que la actuación ya ha acabado. Y si de verdad queda en tu pecho el fervor de querer mis latidos arománticos, vuelve.

FRAGMENTOS DE REZOS. ©Elena Díaz G. (prosa poética)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora