Sentadita. Corren mis entrañas. Te quedas prendado de la arrogancia y a palmaditas siervas consigues tu clemencia.
Sentadita. La Luan canta angelotes negros y por ahí se oscurece tu cielo. Así que no me niegues tu veneno.
Sentadita. Vuelves a tocarme el pecho y la adición se me vuelve recelo. No me lo tengas en cuenta, no sé cómo guiar tus consecuencias muertas.
Sentadita. Vuelan las tres campanitas de la Iglesia. Estoy cansada de todas tus mierdas. Me quebrantas y por los musgos del sentimiento no me traspasa el alma.
Levantadita, recoge tus cosas niñita, que no nos quieren en estas tierras feas.
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FRAGMENTOS DE REZOS. ©Elena Díaz G. (prosa poética)
PoetryLa rabia del ser humano abanderando el corazón y el hambre. Tan honor y tan en muerte por luchar por lo que nos llena. Y es que aunque nos hieran seguiremos mostrando la otra mejilla hambrienta.