A Su Servicio// [danyxarya]

Capitulo 2

Arya se despertó en una cama, tendida sobre su estómago, su espalda palpitaba con cada latido de su corazón. apunta de gruñidos logro sentarse, inmediatamente el dolor de los latigazos la hizo congelarse y caer de nuevo en el catre con un pequeño jadeo en la medida que la sensación de ardor atravesaba su espalda. Hubo un suspiro de movimiento a su lado, y giró la cabeza para intentar ver quién estaba en la habitación con ella. La pregunta fue respondida rápidamente, cuando la persona que estaba encima de ella habló.

"Veo que ahora estás despierta". Era la voz de Missandei, esa Naathi que había estado con Daenerys cuando llegaron a los fosos de combate. Manos suaves ayudaron a Arya a sentarse desde donde estaba, con cuidado para evitar tocar las heridas que cruzaban su espalda. Había una tierna mirada en los ojos de Missandei mientras Arya recorría la habitación, buscando una forma de escapar o un arma con la que inmovilizar a la mujer. "No hay necesidad de tener miedo. No tengo intención de hacerte daño, aunque la Reina desea que te laves para una audiencia con ella."

Arya lo entendió bien, pero no tenía ningún deseo de hablar con la Reina Dragón. Aún así, no parecía que Missandei estuviera haciendo ninguna broma, así que luchó por mantenerse en pie, con la ayuda de la otra mujer, y se dirigió a la pequeña bañera de agua humeante en el centro de la habitación en la que estaban. Arya se apartó de Missandei y se desnudó, sin importarle que estuviera en presencia de una extraña. Probablemente la desnudaron en algún momento para ver la extensión de sus heridas o cicatrices, así que seguramente no sería algo que la mujer no hubiera visto ya.

Arya se metió en la bañera, restregando la suciedad con arena y sangre seca en su piel, las marcas a lo largo de su espalda se encendieron violentamente, haciéndola gemir silenciosamente debido al dolor. Missandei la ayudó, aunque no era necesario, y Arya pudo sentir el cuidado que estaba teniendo con las heridas de su espalda. No sabía si ser agradecida o desviar la atención. Así que decidió dejarlo estar y continuó frotando la suciedad de su espalda hasta que su piel quedó rosada y en carne viva, y se consideró lo suficientemente limpia para la Reina. No se había sentido tan limpia desde que había vuelto a Desembarco del Rey, por mucho tiempo que hubiera pasado.

Missandei le lanzó un gran trozo de tela, y Arya se secó rápidamente, haciendo un gesto de dolor al agacharse, pero las heridas no se volvieron a abrir. Mientras se pasaba la tela por su cabello desgreñado, Missandei le prometió que vería a un curandero una vez que la audiencia terminara. A Arya no podía importarle menos. Podía ocuparse de sus propias heridas, había aprendido mucho en su tiempo en los Fosos de la Lucha. Missandei le entregó una túnica, que se puso sobre su cabeza después de envolver su pecho en sus vendas regulares. Tomó la túnica, ya que no sabía cuándo podría tener otra, pero mantuvo su viejo par de pantalones, que habían sido cortados para permitir el movimiento, en caso de que necesitara una fuga rápida. Arya se negó a desprenderse de ellos, y Missandei aceptó, probablemente más por miedo que por otra cosa. Aún así, la sirvienta permitió que Arya se apoyara en ella cuando fuera necesario mientras se dirigían al salón del trono de la Gran Pirámide.

Arya no podía decir que estaba emocionada por encontrarse con la Reina, pero tampoco estaba nerviosa. Lo más que podía hacer la Reina era ordenar su muerte, y ella estaba lo bastante tranquila como para aceptarlo. Missandei abrió la puerta y Arya se quedó sola, entrando en la habitación con lo que esperaba que fuera sólo un ligero gesto de dolor. La Reina Dragón estaba sentada en el trono, observando su entrada. Arya mantuvo la cabeza alta, y sólo cuando el Inmaculado empezó a moverse hacia ella se detuvo, pensando que se había acercado lo suficiente.

"Ah, la misteriosa luchadora de los Pozos", dijo Daenerys, haciendo señas para que su Inmaculado se retirara. "Es bueno verte levantada tan pronto." Arya se encogió de hombros, el movimiento le causaba dolor pero no iba a dejar que eso se notara. "Estoy segura de que tienes curiosidad por saber por qué te he escogido."