A Su Servicio// [danyxarya]

Capitulo 8

perdón por la demora, ya casi termino mi semestre así que actualizare mas seguido y pronto subiré una de las historias que les comente antes..... o tal vez dos 

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Arya se estiró cuando se despertó, arqueando su espalda mientras trabajaba para aflojar sus músculos de su estado de tensión. Los eventos de la noche anterior se presentaron ante ella, pero los alejó, prefiriendo dejarlos en el pasado. Sus ojos se dirigieron a la ventana por un breve momento, preguntándose si valdría la pena irse en ese momento. La Reina, maldita sea, había encontrado su camino en los afectos de Arya y no se sentía bien dejarla, no después de todo lo que había hecho, tratando sus heridas, alojándola, lidiando con toda la mierda que llevaba encima... no podía simplemente irse. Por otro lado, Arya no sabía cuánto tiempo más podría quedarse. El enano, por más escaso que lo viera, le hacía sentir incómoda al saber que se encontraba en el mismo edificio.

A regañadientes, Arya se levantó de la cama, con la espalda y el hombro protestando por las heridas que, según el Maestre, se habían curado bien. Sabía que pasaría un tiempo antes de que el dolor desapareciera, y llevaría las cicatrices por el resto de su vida, sin importar cuán limpiamente sanaran. La joven se puso rápidamente una camisa y unos pantalones nuevos, haciendo un gesto de dolor cuando la tela se asentó sobre las vendas. Una vez que terminó de cambiarse de ropa, pasó sus dedos por la melena peluda que tenía sobre su cabeza, peinando los hilos desiguales antes de salir a los pasillos de la Gran Pirámide, asintiendo con la cabeza a los Inmaculados que custodiaban su puerta por la noche. Nunca había tenido un guardia antes, era extraño.

Recorrió los pasillos hacia el Salón del Trono, sabiendo que ahí es donde probablemente encontraría a la Reina. Si no, revisaría el Comedor. Algo estaba mal cuando entró en el Salón del Trono. La Reina no se veía por ningún lado, pero el Inmaculado habitual se quedó parado, como si debiera estarlo. Arya miró a su alrededor por un breve momento antes de ver a un grupo de hombres encadenados en el suelo, con Daenerys de pie delante de ellos, mirando tan severamente como cuando se enfrentaba a los tercos miembros del consejo (o incluso a una terca Stark).

"Su Gracia", uno de los Inmaculados que estaba a su lado habló, sorprendiéndola, haciéndola saltar y Daenerys volvió su mirada hacia ella. "Lady Stark ha llegado".

"No soy una dama", murmuró Arya, pero siguió la moción de Daenerys para que se acercara. Al dar vueltas alrededor de los hombres, se dio cuenta de que se encontraba al lado de la Reina. "Su Gracia, por favor dígame que no se fue y..."

"Hice que Gusano Gris lo hiciera, anoche, después de que hablamos. El los reunió, y han estado sentados en las mazmorras hasta hace unos momentos. Hice que los Inmaculados los trajeran". Miró y se encontró con los ojos de Arya, que estaban estrechos en forma de rendijas, con la rabia hirviendo en su estómago, aunque no estaba segura de si se trataba de la Reina o de sus antiguos amos. Dirigió su rabia a la Reina primero, sabiendo que sería más fácil hablar con ella que con aquellos que la habían robado.

"¿En qué demonios estabas pensando?" preguntó la joven de pelo castaño, su voz apenas por encima de un silbido de ira. "Al traerlos aquí, estás poniendo en riesgo todo tu mandato. Dioses, Daenerys, no puedo creer lo estúpida que eres. Traer a tus enemigos a tu palacio". Su voz se elevaba con cada palabra, pero luchaba por mantener su temperamento bajo control, para no explotar completamente con ella. "¿Y cómo te atreves a pensar que puedes hacerlos desfilar aquí delante de mí, colgando un trozo de carne delante de un perro hambriento. Tú los capturaste, ¿verdad? ¿O todo esto fue una estúpida estrategia para manipularme?"