Capítulo 4: Amor.

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Estaba con mi esposa, en un día de esos raros en los que no tenía trabajo. Maya estaba de siete meses de embarazo, afortunadamente no sufría mucho de los síntomas normales de esa etapa, solo que los antojos no la dejaban, en todo el día no paraba de comer y siempre se quejaba de que después quedaría fea, ese tema era de todos los días, era un poco cansado.

―Es que mírame, seguro subí ya casi 10 kilos.

―Maya, luces hermosa, todo es por nuestro hijo, después podrás hacer ejercicio y todas esas dietas que te gustan, volverás como antes, ¿Sabías que las mujeres que son mamás después de su primer hijo se ponen más hermosas?

―Solo lo dices para hacerme sentir bien.

―No es así, ya verás que después de nuestro bebe lucirás muy sexy.

―Más te vale.

Nos sonreíamos y seguíamos estando en la sala, sentados viendo la televisión y ella comiendo helado o algún otro antojo, cuando estaba con ella bloqueaba mi corazón y mi mente para no pensar en nada que no fuera mi familia y era difícil, las primeras semanas podía hacerlo bien, pero con el tiempo se fue haciendo más y más difícil. Todo era preocupante, no podía estar con Maya sin pensar en Krist y eso me hacía sentir muy mal, le estaba siendo infiel a mi esposa con el pensamiento. No era algo tan grave pero aun así me hacía sentir muy inquieto. Porque ya estaba mintiéndole a las dos personas que quería.

―Hace días que no hacemos el amor. ― Me comento Maya un día.

―Con esa pancita debe ser difícil. ― Bromeaba.

―Si se puede, no le pasa nada al bebé.

―¿Y cómo lo sabes?

―Investigue. Podemos hacer el amor sin problema alguno, por favor. ― Casi suplicaba.

―Vamos. ― Contestaba yo en tono bajo.

La tomaba de la mano e íbamos a nuestra habitación en donde la desnudaba lentamente y ella a mí, por su embarazo se ponía muy sensible y ansiaba mucho tener sexo, yo en ese tiempo ya huía un poco de esa situación... Sentía que la estaba traicionando, tanto a ella como a Krist.

A Maya porque ya no la amaba y porque pensaba en otra persona. A Krist porque lo amaba y le hacia el amor a alguien más.

Mi corazón sentía mucho dolor, sentía que una gran piedra estaba en mis hombros y tenía que cargar con ese gran peso, al menos hasta que me decidiera hablar con alguno de ellos, o los dos... No lo sabía. No sabía qué hacer en ese momento.

―Aaah... Mi amor...

Maya suspiraba con cada una de mis caricias, teniéndola desnuda en la cama y acariciándola, besándola, envistiéndola suavemente... En esos momentos me costaba demasiado no pensar en él.

Me sentía el peor de los hombres.

Los gemidos de Maya me traían por segundos a la realidad y sabía que estaba con ella, que a la que poseía era ella, no a Krist. Tenía que estar claro en mi mente si no quería cometer una estupidez.

Pero una noche no pude más y me entregué a uno de mis anhelos.

Mientras hacia el amor con Maya pensé en Krist, en todo momento e imaginaba que al que tocaba era a él, al que besaba, al que envestía, al que le susurraba palabras al oído era él.

Maldita sea.

No me pude controlar.

Me entregue a la oscuridad de mis anhelos.

―Mi amor, esta noche no te contuviste. ― Dijo Maya minutos después de terminar.

―Si...― Susurre maldiciéndome.

Amor prohibido 「KristSingto- BL」Where stories live. Discover now