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Para Kara el día comienza como cualquier otro, se levanta y sale al balcón para recibir los rayos del sol en su piel descubierta, luego de algunos minutos entra nuevamente al apartamento, específicamente a la cocina, se prepara un emparedado y se sienta a ver las noticias.

Cuando termina su desayuno y entra a ducharse, al salir del baño seca su cuerpo y se coloca un traje de falda gris, el cabello recogido y sus lentes.

Al llegar a CatCo saluda a las personas que se encuentra en el camino mientras se dirige al ascensor, cuando este está por cerrarse una chica le pide que lo detenga, Kara lo hace y se encuentra con Nia Nal, la reportera a su cargo.

–Hola señorita Danvers–. La saluda efusivamente.

–Nia, ya te he dicho ene cantidad de veces que me llames Kara–. Dice Kara mientras sonríe.

–Lo siento señorita Danvers... perdón, Kara, es solo que aún no me acostumbro–. Dice al tiempo que su rostro tan, o más, rojo que un tomate.

Kara solo negó sonriendo y se encaminó a su oficina para escribir su artículo.

Pasó alrededor de tres horas seguidas escribiendo; pero no pudo hacer nada coherente, así que tomó sus cosas y salió de CatCo.

Se fue a su apartamento volando, en su ropa de Kara Danvers; pero esto no le importó en lo más mínimo, ya que apenas toco su balcón se fue en llanto.

–Maldita sea Lena, por qué no regresas, te necesito aquí conmigo, mi amor vuelve por favor o al menos hazme saber donde estas para ir por ti–. Kara gritaba y lloraba a cántaros. Cuando sus llanto cesó, se levantó dando tumbos, se colocó su traje y salió volando de su apartamento.

Voló unos veinte minutos y de un momento a otro comenzó a ver borroso, perdió el aire y sin más se desplomó a mitad de la calle, creando así un gran cráter.

Alex que se encontraba en el D.E.O junto a Winn observando las cámaras de seguridad de toda la ciudad vio lo que le sucedió a su hermana, rápidamente subió a una camioneta junto a un grupo de agentes y fue a la escena.

Alex dejó a Kara en una cama solar y luego de una hora allí Kara despertó; al principio se encontraba desorientada pero luego comenzó a llorar.

Eliza y Alex entraron rápidamente y la abrazaron.

–Hija ya no llores más por favor, verte así me destroza el alma–. Dice Eliza mientras lagrimas amargas recorren sus mejillas.

–No puedo Eliza, me duele mucho el hecho de que no esté aquí, y duele más que me mande un correo electrónico cada mes, un puñetero correo, Eliza. Yo la amo más que a mi vida; pero ella a mi no, Lena no me ama–. Dice al tiempo que su llanto se intensifica.

Sus ojos azules se tornaron rojos, Alex conociendo el significado de ese cambio, tomó a Eliza y la arrojó al piso y se colocó sobre ella. Segundos después un rayo calorífico salió de los ojos de Kara.

–Lo siento Eliza no era mi intención–. Dice mientras llora y Eliza la abraza.

–Lo sé hija, tranquila; pero ahora debes ser fuerte, levantarte y seguir adelante. Personalmente creo que donde sea que esté Lena, te ama, y esa es la razón de sus mensajes mensuales, y también lo hace para que sigas y no te derrumbes–. Los sollozos de Kara se fueron haciendo más leves mientras Eliza hablaba, y sobaba su espalda.

–Kara, mamá tiene razón, sabes muy bien que Luthor no eran santa de mi devoción; pero si ya han pasado casi dos años desde que desapareció, y aún así te manda un mensaje para que sepas que está bien y no te desmorones, como dijo mamá. Es porque te ama, hermana–. Dice Alex viendo a los ojos a Kara, quien por un segundo se perdió en sus pensamientos mientras veía a la nada.

–Tienen razón, Lena me ama como yo a ella, y por eso debo seguir adelante como Supergirl y como Kara Danvers, por ella y por mí–. La sonrisa en su rostro podría enamorar a cualquiera y el motivo de esta era Lena Luthor, el amor de su vida.

Pasó alrededor de una semana, en la cual Kara le dio a su vida un giro de ciento ochenta grados, dejó de ser la Kara deprimida y triste, para ser la Kara sonriente y risueña de siempre.

Su desempeño en CatCo aumentó un cien por ciento y como Supergirl se triplicó; pero todo esto sin dejar de lado su vida social, algunos dirían que sol se está sobre exigiendo; pero bueno ella es la chica de acero, puede con eso y mil cosas más.

Por otro lado Alex, es ahora la que se encuentra deprimida y muy triste; luego de la marcha de Sam a Metrópolis, Alex perdió su sonrisa y se convirtió en la seria Directora Danvers.

Kara se encontraba llegando al D.E.O con su traje de Supergirl, al entrar se encontró a Brainy y a Vázquez hablando en un tono muy bajo; pero su super oído la ayudó a escucharlos.

–No entiendo que le está pasando, ella no es así, ahora lo único que hace es dar órdenes y estar todo el día entrenando–. Vázquez se escuchaba algo preocupada y triste. Alex y ella entraron juntas al D.E.O y siempre estuvieron juntas, con todo y que Alex ascendió más rápido, jamás dejaron de ser unidas.

–Yo sé que le sucede, solamente le duele que la kriptoniana de nombre Samantha Arias ya no se encentra aquí–. La voz de Brainy sonó como siempre; pero ni Vázquez ni Kara lograron salir inmediatamente de su estupefacción.

–¿Lo que acabas de decir es verdad?–. Pregunta Kara irrumpiendo en la conversación.

–Sí Supergirl, la Directora según sus niveles hormonales deseaba tener acercamientos físicos con la kriptoniana, y ahora que no se encuentra, sus niveles cayeron de forma estrepitosa y se encuentra deprimida–. Kara no podía salir de su estupefacción, no podía creer que su hermana estuviese enamorada de Sam y menos que no le dijera nada.

Sin decir nada se encaminó a la oficina de su hermana, entró, cerró la puerta y se cruzó de brazos viendo fijamente a Alex a los ojos.

Luego de unos veinte minutos en eso Alex no pudo más y comenzó a llorar. Kara con su super velocidad se acercó a su hermana y la abrazó.

–¿Por qué no me lo dijiste?–. Alex se atragantó con su llanto y entre sollozos respondió.

–No lo quería aceptar, pensaba que la estaba usando para sustituir a Maggie; pero me di cuenta de que ese no era el caso. Kara la amo y a su hija también–. Al terminar de hablar rompió nuevamente en llanto, y este se cortó al ver a Ruby entrar en su oficina.

–Dime que es verdad lo que acabas de decir–. Dice con voz entre asustada y entusiasmada, mientras Alex se encontraba casi al borde de un infarto.

–Ruby –dice con voz ahogada por el llanto–, te juro que lo que acabo de decir es verdad–. Al terminar de hablar recibe una sonrisa de la castaña.

–Entonces ¿por qué no se lo dice a mi mamá? Puede que ella le diera más de una paliza a mi ídola y muy buenas palizas–. No puede continuar ya que Kara la interrumpe.

–¡Hey! ¿Cómo que buenas palizas?–. Cuestiona molesta la kriptoniana.

–Tía Kara, sabes que mamá te dio grandes palizas; pero al punto, ella es una mujer tiene sentimiento y por ¡Rao! Ella te ama–. Dice Ruby bastante exaltada al punto de empezar a levitar, sorprendiendo a Kara y a Alex.

–Ruby esta levitando, debes calmarte–. Dice Alex preocupada.

–Alex tiene razón Ruby, respira hondo y piensa en cosas relajantes, así comenzaras a descender–. Ruby siguió la orden de Kara y logró tocar nuevamente el piso.

–Buenoya que está resuelto toso. Tía Kara puedes llevar a mi madre favorita, no ledigan a mi madre que dije eso, al apartamento hoy a las ocho –Kara simplementeasiente–. Perfecto, de lo demás me encargo yo.

Sin TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora