Se debe disfrutar el dolor del amor, la incertidumbre de lo que vendrá, pero nunca perderse entre las dudas, ni soportar la levedad de la condescencia, porque como es bien dicho, si no es mutuo, no sirve. Porque cuando uno tiene frío, se necesita de un abrazo que queme hasta las entrañas, porque cuando uno está en la cima de la felicidad, se necesita a otro que vuele hasta lo más alto, siempre estando a tu lado. Es ahí donde se nota, donde vale la pena arriesgarse.
