¿Sabes? Por un momento pensé que podía traspasar su coraza de frialdad pero me equivoqué, yo no era la indicada para hacerlo, ya que ni siquiera podía derrumbar mi propio dolor.
Por un momento ridículo y pasajero logré creer que ambos podíamos sentir amor el uno por el otro, a pesar de que nisiquera nos amábamos a nosotros mismos.
Ya no lo creo...primero tengo que quitar mi propia soledad y entonces...solo entonces aun tú estando roto lograré darte felicidad.
