Cupido No Se Equivoca → Seventeen ♡

→Jicheol←

El corazón en las manos. Así se sentía al ver como Jihoon guardaba su ropa en sus maletas. Estaba seguro que si no lloraba, era porque se había prometido no llorar frente a su amor platónico.

-Me vas a olvidar- el puchero en sus labios distrajo al menor de su tarea.

-No Cheol, volveré cuado pueda y será lo más pronto posible- sonrió sentandose en la cama de la habitación -No te darás cuenta que ya volveré.

-Entonces veré solo la série- Jihoon formo una pequeña "O" en sus labios para luego sonreír nuevamente negando con su cabeza ante los pucheros de su mejor amigo.

El rubio abrazo fuertemente a Seungcheol sintiendo el aroma de su perfume y este le correspondió. No importaba las personas a su alrededor que los miraban como bichos raros. Lo importante era que su amigo se iría de viaje para poder estudiar y eso era lo primordial. Poder despedirse correctamente.

-No molestes mucho a tu madre ¿Si?- a lo lejos, la señora Choi lo despedía con su mano y una sonrisa.

-No prometo nada.

Jihoon rodo sus ojos y se acercó nuevamente al escuchar la voz en los parlantes anunciando que el último vuelo a Japón, ya se iría.

-Jihoon- el menor se iba a apartar pero al escuchar el susurro del mayor quedó quieto en la misma posición.

-¿Si?- los brazos de Seungcheol lo acercaron aún más, si era posible, y sintió como el azabache oculto su rostro en el cuello del rubio.

Su respiración se aceleró y su corazón estaba por salir por la boca, corriendo por todo el aeropuerto ante las palabras que iba a dirigir a su mejor amigo.

-Te amo Jihoon- las palabras que más necesitaba decir, y más le atemorizaban, porfi fin las había soltado y el temor le empezaba a surgir al ver los ojos de Jihoon sin expresión.

El menor no sabía que decir o hacer mientras Seungcheol le sonrió besando su mejilla.

-Último llamado a los pasajeros del vuelo ciento catorce rumbo al destino, Japón-

-Jihoon, hijo hay que irnos- la señora Lee llamó a su hijo y el menor solo asintió.

Seungcheol volvió sus ojos al pequeño, le guiño un ojo y Jihoon solo sonrió caminado hacia la puerta de embarque.

Solo tienen diecisiete años, pero ambos tienen un fuerte sentimiento que nunca se romperá. Yo se los digo, esos dos jovencitos, muy pronto estarán besándose con sonrisas tontas en sus rostros.

→♡←

-Señor Choi, llegaron las nuevas muestras de los perfumes para la próxima campaña.

-Llevela a mi escritorio y cancela mis juntas para hoy.

Ailee asintió y Seungcheol camino hacia su oficina. Se sentó sobre su silla, el escritorio de madera estaba lleno de papeles y carpetas y la corbata en su cuello lo estaba molestando. Aflojó la tela del cuello y soltó los primero botones de su camisa. El saco de alta costura lo dejó en un perchero y camino hacia los grandes ventanales.

Corazónes el color rojo predominaba en la ciudad, parejas de la mano y besándose caminaban por las veredas, mientras él estaba encerrado en su oficina.

Después de cumplir los dieciocho años, su padre ya lo había dejado como el vicepresidente de la empresa de la familia. Una que se encargaba de cosméticos y perfumes, donde su mayor venta, era en el extranjero. Y aunque no había sido fácil, pudo llevar mucho más lejos aquella empresa.