Cupido No Se Equivoca → Seventeen ♡

→Verkwan←

Una de las cosas más hermosas del amor, es que no conoce barreras. Ni el dinero, ni tiempo, distancia o posiciones sociales, y es lo más bonito, porque no se interesa en lo que tiene, sino en lo que es.

-Bienvenido a Cinnamon- sonrió Seungkwan detrás del mostrador -¿En que lo puedo ayudar?-

El joven frente suyo, se quito el cubrebocas y la visera que llevaba regalándole una sonrisa.

-Hola Kwanie-

-Hola Vernon- las mejillas ya las sentía caliente y no ayudaba en mucho que el medio americano se halla teñido el cabello de azul, se le veía aún mejor que el negro -Un café con leche y dos rollitos de canela-

-Si, gracias- Vernon camino a una de las mesas, su mesa favorita.

Desde que había conocido aquella pastelería, siempre se sentaba en el mismo lugar, ni muy cerca de las ventanas, ni muy lejos. Lo suficiente lejos para que no lo vean desde la calle y lo suficiente para poder observar a Seungkwan detrás del mostrador.

El nativo de Jeju se acerco al peliazul y dejó la taza de café junto a los rollos de canela. En el instante llegaron al local dos jovencitas, no pasaban la mayoría de edad y Vernon al verlas, por inercia, se cubrió el rostro con su cubrebocas y la capucha de su abrigo.

Seungkwan lo noto y sonrió negando.

-Debes dejar de venir o algún día se entrarán que vienés aquí-

-Pero me gusta estar aquí-

El rubio negó con su cabeza y fue a atender a las nuevos clientes.

→♡←

No se caracterizaba por ser una persona miedosa, pero en ese momento, sentía terror. Ser él nuevo idol del momento no era como lo imaginaba, tan solo unos meses en la industria de la música y ya estaba huyendo de los fans.

Llegó corriendo a una calle que estaba algo vacía y entró en el primer local que vió. El local de comida, una pastelería y café. Las tartas y pasteles le hizo juntar baba. No había ninguna persona comiendo y eso llamó su atención, era un lugar muy pintoresco.

-Bienvenido a Cinnamon ¿En que lo puedo ayudar?- la dulce voz lo hizo voltear viendo a un joven de mejillas abultadas y delantal rosa pastel.

-Necesito esconderme un momento- suplico con sus ojos y el rubio levanto una ceja divertido.

-Adivino, estas huyendo de tu novia loca- rio mientras empezaba a limpiar las mesas.

-No- se sorprendió, no parecía emocionado al verlo, mejor dicho, parecía no conocerlo.

-Entonces estas huyendo de tu madre-

-¿No me conoces?- sonrió siguiendo al joven que se fue detrás del mostrador.

-¿Debería?- la respuesta del rubio lo hizo reír y pronto escucho los gritos.

Corrió detrás del mostrador de madera y se acuchilló.

-¿Que éstas haciendo?- pregunto espantado Seungkwan al ver como el desconocido se sentaba a un lado de sus pies.

-Por favor, solo haz como si no estuviera aquí-

En ese instante, un grupo de chicas y chicos entró en el local. Seungkwan camino hacia los nuevos futuros clientes y les sonrió.