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Me encontraba en la cafetería de la universidad observando como BangChan tiene a su nuevo rollo encima de sus piernas mientras le tocaba la oreja y hablaban con sonrisitas en sus rostros.

Me estaba empezando a preocupar por la oreja de la chica, porque BangChan llevaba un rato tocándola y a ella en cualquier momento se le iba a acabar cayendo.

¿Tendría este hombre algún fetiche con las orejas? Porque si la respuesta es Sí, entonces comenzare a replantearme el que me continúe gustando

-Innie, deja de mirarle, al final lo va a notar como muchas otras veces.- me aviso Lee Know.

-Bah, no te preocupes, él esta muy entretenido hablando con esa chica mientras le toca la oreja. -le reste importancia.

Pero justo en ese momento, los ojos de Chan se conectaron con los míos y se me quedo mirando fijamente. Él noto mi mirada.

-Ves, te lo dije.

Si él me miraba y se le ocurría algo para decirme o hacerme, entonces aprovecharía y vendría a mi para molestarme. Esto ya ha pasado en muchas otras ocasiones, por lo que no me sorprendería que en este momento se levantara de su asiento para acercarse a mi. 

Y por mucho que yo aparte la mirada él no lo hace. Así que lo que hago es sonreírle falsamente y mostrarle el dedo corazón.

Esta vez comencé yo, pero ya me estaba cansando su juego de miradas tan estúpido. ¿No tiene nada mejor que hacer?

Como ya me lo esperaba quito a la chica de sus piernas y se levanto para venir en mi dirección. Muchas personas ya tienen sus ojos puestos en él, y al ver que venia en mi dirección ya todos saben que se viene algo.

-¿Te crees tan gracioso haciéndome un corte de manga? -dijo nada màs al estar frente a  mi.

-No, solo te estaba mostrando el dedo que te voy a meter por el culo. -respondí muy calmado, lo contrario a él.

Se escucharon varios murmuros y risas por el lugar, cosa que hizo enfadar mucho a Chan.

-Mejor métetelo a ti mismo, sé que te encanta. -sonrió de lado. - ¿Qué hacías mirándome tanto? ¿Acaso te gusto, Maricón?

Y ahí estaba ese "insulto" que tantos homofóbicos usan como si fuera la mayor ofensa del mundo. A mi la verdad es que me da exactamente igual.

Pues sí, por desgracias me gustas. No, es más, me encantas. Y todavía no entiendo porque sigo detrás de ti, imbécil. 

-No te creas tan importante, Bang. -me levanté.- Te estaba mirando porque te ves patético desde lejos, pero ahora que te tengo cerca es mucho peor. -reí y después de eso salí de la cafetería sin prisas.

Quería ir al baño desde hace rato y por obvias razones no había podido, así que ahora que me lo quite de encima puedo ir.

Pero me equivoque, porque sentí al alguien detrás de mi. Alguien que me tomo por el brazo y me metió al baño de la forma más brusca posible.

Cuando me giro y veo de quien se trata no me sorprendo. La única persona que me agarra de esa manera es él.

-¿Qué quieres? -Solté cansado de esto, no me apetece seguir discutiendo, pero él siempre tiene ganas de más.

-Lo que quiero es pegarte una paliza y dejarte irreconocible, pero no puedo hacerlo porque me metería en problemas. Así que solo te digo una cosa... -Agarro el cuello de mi camiseta y me estampo contra una pared. -Deja de vacilar me y creerte mejor que yo, porque no lo eres. Lo único que eres es una vergüenza y una escoria para todo el mundo, ni siquiera mereces estar en esta universidad.

Conquistando a un HomofóbicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora